El debate sobre la irregular distribución de los días festivos se ha convertido ya en un tema recurrente de la economía nacional, especialmente en tiempos de crisis. Sin embargo, cualquier variación del calendario de fiestas requiere un consenso que se antoja difícil de alcanzar. Los distintos intereses de sindicatos, comerciantes, hosteleros e incluso de la Iglesia, están en juego, y la complejidad propia del Estado español enreda aún más la madeja.
Comentarios
Yo creo que es muy fácil de conseguir. Solo hay que decir que la Iglesia se opone. Después de eso, todos los sindicatos lo apoyaran.
contratos de esclavitud YA!!!!!!!
porque es lo que necesitamos ya...
Quedará todo en "agua de borrajas". Y una vez, que el ciclo del calendario, nos lleve de nuevo al "macropuente" de la Purísima-Constitución, volverá a reabrirse el debate, a consecuéncia de la correspondiente "pataleta", de la patronal.
Así és, como a sucedido durante décadas