El presidente del Senado ha puesto su situación como ejemplo, dice que lleva 43 años cotizando y que como él hay muchos. Por ello, asegura, que en estos casos no se puede hablar de privilegio sino de excepcionalidad y considera que cualquier modificación de las mismas debe estudiarse en el marco del actual debate sobre el sistema de pensiones. Rojo ha apostado por abordar este debate con "el sosiego, la serenidad y la tranquilidad" que requiere la propia cuestión.
Comentarios
Si, son de una excepcional caradura.
Pero que huevos tienen...
Las veis como "excepcionalidades", pero la mayoría de los políticos son muy mediocres, nada excepcionales.
Hay que iba a ser de vosotros si os pagaran por objetivos cumplidos...
Con mucha tranquilidad y sosiego... durante 400 años o así.
También es excepcional el nepotisnmo, Javier?
http://www.porandalucialibre.es/actualidad/la_tela_de_arana/los_%22tios_vivos%22_de_javier_rojo_y_familia.html
¡Qué gran clase política tenemos!
Bueno, entonces, siendo así, lo correcto para evitar suspicacias sería:
1. Los parlamentarios, al acceder al escaño, continúan cotizando en función de la misma base que tenían en su trabajo privado inmediatamente anterior.
2. Al finalizar su trabajo parlamentario, pasan a cotizar en función del nuevo trabajo privado al que se dediquen.
3. Y cuando se jubilan, perciben una pensión según sus cotizaciones, en las mismas condiciones que cualquier otro trabajador.
Pedazo de hipócrita, a un trabajador que cotiza desde el 64 lleva 46 años y si con su despido por ser mayor se acoge al régimen de autonomos para no estar en el INEM y debido a la perdida de poder adquisitivo cotiza la pensión minima en los últimos 15 años, le corresponde practicamente la jubilación minima... si antes no se hizo miembro de la casta política para poder huir del paro y medrar como un reptil.
Las pensiones de los políticos lo mismo que sus pagas deberían ser como las de todos los españoles, solo así sabriamos de verdad si hay alguno que se dedica a la política por puro afan de ayudar al pueblo y no de robarnos.