Al principio no robaba por dinero, sino por desafíos a sí mismo, a su capacidad para piratear en la Red. El FBI le detuvo y él, para evitar el juicio, aceptó colaborar con el Gobierno de EE UU para perseguir grandes delitos informáticos. Pero la bola fue creciendo. Ya no podía parar. Montó una red de cómplices y se convirtió en el mayor ciberladrón de la historia de EE UU. Albert Gonzalez y su banda de ‘hackers’ tuvieron acceso a 180 millones de cuentas de tarjetas de crédito. Esta es la historia, paso a paso, de cómo actuaba y cómo cayó.
Comentarios
Hay que reconocer una cosa... el tipo, era brillante.
Relacionada: De monaguillo a hacker millonario
De monaguillo a hacker millonario
elmundo.esQue bueno, la historia da para hacer una película.