Los casos de corrupción que han saltado en distintos ayuntamientos de la Península nos han dejado ver como un iceberg, nada más que la punta de unas tramas complejas que abarcan muchas áreas. Y si la operación Pokémon a puesto en entredicho la honradez y las funciones del exconcejal de Lugo Francisco Fernández Liñares, en torno a este caso, aparecen nuevas ilegalidades que favorecen a unos pocos privilegiados.
Buah eso no es nada. Por lo que yo he visto el coorporativismo entre los cuerpos de seguridad funciona bastante bien para esto de quitarse multas unos a otros.
¿Unos pocos privilegiados? Eso me parece algo muy relativo. Por ejemplo, donde yo vivo, esos "privilegiados" (gente con más o menos 'enchufe' al cacique de turno), se han llegado a contar por miles (en una población inferior a los 100000 habitantes) antes de que les desmantelaran una parte del chiringuito (nunca se llega a desmontar del todo).
Sinceramente, creo que en poquísimos ayuntamientos se hacen las cosas de manera totalmente legal. La falta de herramientas que ayuden a gestionar estos entes con transparencia, los hacen un blanco fácil para la actual casta política, más preocupada por no perder su condición de 'privilegiados' que por servir al pueblo que los eligió.
Comentarios
Las multas de los diputados las pagamos nosotros (en serio). Además con recargo (en serio también).
Buah eso no es nada. Por lo que yo he visto el coorporativismo entre los cuerpos de seguridad funciona bastante bien para esto de quitarse multas unos a otros.
¿Unos pocos privilegiados? Eso me parece algo muy relativo. Por ejemplo, donde yo vivo, esos "privilegiados" (gente con más o menos 'enchufe' al cacique de turno), se han llegado a contar por miles (en una población inferior a los 100000 habitantes) antes de que les desmantelaran una parte del chiringuito (nunca se llega a desmontar del todo).
Sinceramente, creo que en poquísimos ayuntamientos se hacen las cosas de manera totalmente legal. La falta de herramientas que ayuden a gestionar estos entes con transparencia, los hacen un blanco fácil para la actual casta política, más preocupada por no perder su condición de 'privilegiados' que por servir al pueblo que los eligió.