Aterrizamos en Barcelona después de unos días en un caserío en Navarra. Al shock de la vuelta al curro se suma la sacudida de conciencia que me provocan siempre los niños de campo. Lo distinta que es su vida de la de mis enanas urbanitas.
Una amiga mía, de pueblo, acaba de maestra de peques en Madrid. El primer día les dice "Vamos a pintar pollitos!". La mayoría de los niños dibujaron pollos asados y mi amiga murió un poquito por dentro ese día.
Como tantos otros, yo me he criado en el campo y me he visto arrastrado a vivir en la ciudad por motivos personales y de trabajo. Creo que el día de mañana, si tengo un hijo procuraré que pase fuera de la ciudad la mayor parte del tiempo posible.
Puede que los chavales acostumbrados desde siempre a vivir en núcleos urbanos no lo noten porque es con lo que han convivido desde pequeños, pero para los que hemos tenido la oportunidad de vivir en los dos ambientes, aunque todo tiene sus pros y sus contras, creo que la ciudad carece de una libertad que el campo da a raudales. Seamos realistas: un chaval no necesita más comunicaciones, servicios, oportunidades laborales... Necesita explorar, moverse con libertad y experimentar por si mismo; algo en lo que las ciudades los limitan enormemente.
El que jueguen a ser agricultores o ejecutivos creo que es lo de menos. En mayor o menor medida, los niños siempre van a jugar a imitar a los mayores.
"la de cuatro años se divierte pintando y recortando, juega a disfrazarse, a peluqueras, a hablar con el móvil con sus amigas y ahora empieza con los juegos de mesa."
Que alguien me explique, por favor, que tipo de madre da un móvil a una niña de 4 años para hablar con sus amigas. Y a continuación, parece que tenga algún problema con pintar, recortar o los juegos de mesa. También me gustaría conocer el motivo de tal rechazo.
#3 Hay móviles de jugete para que hablen los bebés. Contestan solos y eso. No es nada raro, a los niños de toda la vida les gustó jugar a hablar con teléfono.
Si yo contase a lo que era normal jugar de pequeño en mi pueblo, a más de uno del meneame le daría un ataque de ansiedad.
No justifico nada hoygan, yo educaré a mis hijos para que no hagan lo que yo hice. Cuando era niño me parecía normal y estaba bien visto socialmente. Pero esta señora solo ve la parte buena de los niños de campo (aunque tal vez ahora sean más civilizados....).
El campo está, en parte, idealizado. Muy bonito lo de los niños jugando a las praderas y alejados de un estilo de vida frívolo. Ahora bien, pensemos en los kilómetros que los niños de la aldea tendrán que recorrer en el futuro para ir al instituto, en las posibilidades laborales (y de ocio) que tendrán en el caso de que decidan no ir a la ciudad, etcétera. ¿Hacia dónde inclinamos la balanza? En mi caso hacia la ciudad, sin duda, ya tendrán tiempo de irse a vivir al campo cuando se jubilen.
Comentarios
Una amiga mía, de pueblo, acaba de maestra de peques en Madrid. El primer día les dice "Vamos a pintar pollitos!". La mayoría de los niños dibujaron pollos asados y mi amiga murió un poquito por dentro ese día.
Como tantos otros, yo me he criado en el campo y me he visto arrastrado a vivir en la ciudad por motivos personales y de trabajo. Creo que el día de mañana, si tengo un hijo procuraré que pase fuera de la ciudad la mayor parte del tiempo posible.
Puede que los chavales acostumbrados desde siempre a vivir en núcleos urbanos no lo noten porque es con lo que han convivido desde pequeños, pero para los que hemos tenido la oportunidad de vivir en los dos ambientes, aunque todo tiene sus pros y sus contras, creo que la ciudad carece de una libertad que el campo da a raudales. Seamos realistas: un chaval no necesita más comunicaciones, servicios, oportunidades laborales... Necesita explorar, moverse con libertad y experimentar por si mismo; algo en lo que las ciudades los limitan enormemente.
El que jueguen a ser agricultores o ejecutivos creo que es lo de menos. En mayor o menor medida, los niños siempre van a jugar a imitar a los mayores.
"la de cuatro años se divierte pintando y recortando, juega a disfrazarse, a peluqueras, a hablar con el móvil con sus amigas y ahora empieza con los juegos de mesa."
Que alguien me explique, por favor, que tipo de madre da un móvil a una niña de 4 años para hablar con sus amigas. Y a continuación, parece que tenga algún problema con pintar, recortar o los juegos de mesa. También me gustaría conocer el motivo de tal rechazo.
#3 Hay móviles de jugete para que hablen los bebés. Contestan solos y eso. No es nada raro, a los niños de toda la vida les gustó jugar a hablar con teléfono.
Si yo contase a lo que era normal jugar de pequeño en mi pueblo, a más de uno del meneame le daría un ataque de ansiedad.
No justifico nada hoygan, yo educaré a mis hijos para que no hagan lo que yo hice. Cuando era niño me parecía normal y estaba bien visto socialmente. Pero esta señora solo ve la parte buena de los niños de campo (aunque tal vez ahora sean más civilizados....).
El campo está, en parte, idealizado. Muy bonito lo de los niños jugando a las praderas y alejados de un estilo de vida frívolo. Ahora bien, pensemos en los kilómetros que los niños de la aldea tendrán que recorrer en el futuro para ir al instituto, en las posibilidades laborales (y de ocio) que tendrán en el caso de que decidan no ir a la ciudad, etcétera. ¿Hacia dónde inclinamos la balanza? En mi caso hacia la ciudad, sin duda, ya tendrán tiempo de irse a vivir al campo cuando se jubilen.
#6 "..ya tendrán tiempo de irse a vivir al campo cuando se jubilen." Sí, más o menos para el 2090.