A finales del siglo VI, en Constantinopla había un patriarca conocido como Juan “El Ayunador”, que ayunaba frecuentemente y daba numerosas limosnas. Pero este virtuoso hombre tenía un defecto: el orgullo. Y el orgullo era el que le hacía tener envidia del jefe supremo de la Iglesia, el Papa de Roma, en aquel momento, Gregorio I. Tal es así, que un día tuvo la desfachatez de enviar una carta al Papa firmando como “Juan, obispo de toda la tierra, es decir, jefe de toda la Iglesia”.
Comentarios
Porque firmar como "Consejero Delegado de Vaticano SA" o "Protector de Pederastas" sería demasiado evidente.
Los siervos son animales muy bellos
#7 he votado irrelevante, porque me parece más una anécdota que algo relacionado con la historia como tal (por más que los papas lo hayan seguido usando, no me parece algo que haya sido significativo para la humanidad)... Y que conste que eres un privilegiado, porque no suelo explicar mis negativos
categoría "Meimportaunamierda" ya!
#3 Tan fácil como ignorar, en lugar de calcar un negativo por irrelevante. La historia nunca es irrelevante.
#5 ¿La historia nunca es irrelevante?
Generalizar siempre es absurdo...
#6 Buen chiste, es verdad que algunas cosas de la historia son curiosidades prescindibles. Me pasé de entusiasta.
La cuestión sobre la primacía de Roma o Constantinopla es muy importante para entender el Gran Cisma de Oriente, y cómo las iglesias se desarrollaron con un estilo propio. Es el declive de los patriarcados, la ruptura del Imperio latino y el griego y unas teologías diferentes que influirán y mucho en la filosofía y en resumen el desarrollo cultural de ambos mundos.
Esto no deja de ser un detalle de aquélla época, pero tomado en contexto tiene interés, además de lo que nos dice sobre la definición de la figura papal. Y es una tradición que continúa.
¿Por qué la consideraste irrelevante pues? ¿Acaso por la mención a la Iglesia?
Porque tiene una Iglesia para dominarlos a todos