A mediados de enero 2 trabajadoras pendientes de renovación, hartas del trato de este tipo, deciden ir a quejarse directamente al Gerente. Saben que con toda probabilidad irán a la calle, no pudiendo demostrar nada, y estando solas. Sin embargo, un inspector (con contrato indefinido y laboralmente “por encima” de las conductoras) decide apoyarlas ante el Gerente y contar el trato que él ha visto hacia trabajadoras y trabajadores por parte de este tipo. No se queda ahí la cosa.
Comentarios
Este tipo tenía, pues, mucho poder sobre mucha gente, y había conseguido, gracias al miedo a la no renovación o al despido, que ningún obrero no indefinido, si quería que se le renovase, hiciera uso habitual de los 2 días libres (sólo de 1), y, sobre todo, había impuesto un clima de tensión, de humillación y calumnias (“siempre estaba hablando de alguien mal delante de otros”), de división y de miedo entre los trabajadores (“si le ponías mala cara o le hacías frente, o incluso si te juntabas con alguien que lo hiciera, ya ibas bajando puntos en la empresa”; “… y a alguno lo tenía de allegado y de chivatillo con el caramelo de hacerlo indefinido).
El vivo retrato laboral de este país.
Lo alucinante es que da la sensación de que la gente antes sí se atrevía a protestar, al menos, me parece a mí, en la transición y en los primeros años de la democracia y poco a poco se ha ido viendo que cuanto menos tiene la gente más miedo tienen de perderlo.
Yo tuve una situación complicada en la empresa donde trabajaba hace unos años y éramos dos los que siempre nos atrevíamos a protestar, en mi caso porque estaba ya bastante quemado y no le tenía tanto apego a mi puesto. Al final me acabé largando porque veía que, si seguía, mi destino era pasar de explotado a explotador, y si lo uno es difícil, lo otro a mí por lo menos me da asco.
Es bueno que estas leyendas se difundan para animar a la gente. En vez de echarle la culpa a los inmigrantes de que nos bajen el sueldo porque ellos lo aceptan hay que moverse y exigir lo que es nuestro.
Joder, que bonito.
Joder, y encima conductores de autobuses, que tienen en sus manos las vidas de la gente. Ese tipo debería estar en la carcel.
¡Así se hacen las cosas!. Con ejemplos como este.
Falta el final, pero parece que va por buen camino.
Pues como siempre, vamos, mamoneo total. La diferencia es que por una vez alguien ha dicho "basta". Ya podría hacer la gente más esto, que es vergonzoso como la mayoría de los empleados en España son unos CAGONES.
PD: Y hablo en 3º persona y no me meto en el saco por que en mi gremio (segurata :p) el paro es cero patatero, nadie puede burrearnos por que a la mínima pedimos la baja y nos cambiamos a otra empresa que nos recibe con los brazos abiertos. Ventajas de tener un curro asqueroso .
#6 Eso es la falacia y conocida "paz laboral", donde se supone que mediante el diálogo con los empresarios y sindicatos se pueden solucionar los problemas sin llegar a la huelga, protestas, etc. Así llevamos lustros, y la paz laboral según mi parecer solo beneficia a una parte, por eso que cada año se pierdan menos horas por causa de las huelgas, se intente desmovilizar y exista tanto miedo a la solidaridad entre compañeros/as, porque se va perdiendo el espíritu del apoyo mutuo y la solidaridad. Eso y las elecciones sindicales donde se delega responsabilidad en muy pocas personas, es una mezcla explosiva. Solo dicen ser solidarios "quienes representan" a los demás, pero se olvida que la unión hace la fuerza y el asunto debe ser asumido por todas las personas que trabajan en una empresa, asumiendo esa responsabilidad. Así le luce el pelo a toda la gente.
También es cierto que la sensación es que hay alguna gente que callaba cuando puteaban y acosaban a otros, “y ahora que hemos hecho lo más difícil nos llaman para felicitarnos y apoyarnos y decirnos que este era un tal o un cual”
De qué me suena a mí esto?
Pero cuántos harán mañana lo mismo cuando su jefe les putee? (ahora es cuando aparece el matojo del desierto acompañado de un apabullante silencio entre la multitud).
Es tan bonito que casi me da la llorera
Todo esto no es más que el pan nuestro de cada día... amén.