La Iglesia católica en España, en vez de cada vez tener menos privilegios, no solo los mantiene, sino que año tras año los aumenta. Se entiende como burla a la acción, ademán o palabras con que se procura poner en ridículo a alguien o algo. Y según esta escueta definición de la RAE, es lo que podríamos decir que está haciendo una parte de los dirigentes de la Iglesia católica, en España, no solo con sus adeptos feligreses sino también con todos aquellos y aquellas que no creemos en ella y, sobre todo, no profesamos ningún tipo de religión.