este buen señor que se llama Peter Ilic y es propietario del restaurante Little Bay: ha decidido que sus clientes paguen la voluntad. Es decir, que no hay cuenta: sencillamente el comensal paga lo que él estima idóneo por la comida y el servicio.
En Berlín hay una vinería que funciona así, pero si hablabas español te recordaban que la voluntad era más o menos lo que valía lo que habías consumido.
Hace algunos años había un restaurante así en la carretera de Andalucía (creo que en la provincia de Jaén). Por la comida (que estaba basada en ibéricos, quesos, etc..., todo de primera calidad) te cobraban la voluntad, pero la bebida sí te la cobraban. No sé si seguirá existiendo porque hace mucho que no paso por allí.
Comentarios
En Berlín hay una vinería que funciona así, pero si hablabas español te recordaban que la voluntad era más o menos lo que valía lo que habías consumido.
Sólo durante febrero.
Lo que se traduce en una buena publicidad.
Es que esa idea en España no tiene ningún futuro. Dura una semana abierto.
O sea, les deja sin voluntad y luego les cobra lo que quieren.
Hace algunos años había un restaurante así en la carretera de Andalucía (creo que en la provincia de Jaén). Por la comida (que estaba basada en ibéricos, quesos, etc..., todo de primera calidad) te cobraban la voluntad, pero la bebida sí te la cobraban. No sé si seguirá existiendo porque hace mucho que no paso por allí.
No me gusta.
Yo soy de los de Petición de Oferta, Presupuesto, Pedido, Albarán.