Hace 16 años | Por smartlink a elmundo.es
Publicado hace 16 años por smartlink a elmundo.es

La matanza de palestinos en los campamentos de Sabra y Shatila, en las afueras de Beirut, es uno de los crímenes de guerra más graves cometidos en la trágica historia de Oriente Próximo, pero, 25 años después, sigue en la más completa impunidad.

Comentarios

D

y con su responsable en estado crítico desde hace meses, algo que me dice que seguirá impune siempre. ver http://es.wikipedia.org/wiki/Ariel_Sharon

kikuyo

Duplicada: Líbano: conmemoran masacre de palestinos en Sabra y Chatila hace 25 años

Hace 16 años | Por kikuyo a afp.com


Mi voto en + ya que considero que es una noticia significativa (aunque la mayoría opine que es más significativo que un transportista pierda un iPhone...)

s

#2 no es exactamente duplicada, antes de colgarla me he asegurado. La primera noticia es más una crónica, mientras que la segunda es más una opinión y aporta datos que no aporta la primera. Soy cuidadoso en el tema de las duplicidades, y utilizo el buscador. Un saludo.

s

Si, pero todo el mundo sabe que Hussein era un dictador y sin embargo Israel presume de ser una democracia... que realia impunemente actos de terrorismo de Estado

b

Sobre Sabra y Shatila y mas generalmente, sobre la situació en Libano desde hace decadas, me parece interesante ver este artículo escrito en 2004: http://www.nodulo.org/ec/2004/n031p05.htm
Allí se mencionan entre otras cosas:

En agosto de 1982, gracias al clima de menor dependencia de Siria que se sentía desde la invasión israelí, el parlamento libanés eligió presidente del país al jefe de la Falange cristiana, Bashir Gemayel. Para los sirios esta osadía era un exceso, sobre todo porque se sabía que Gemayel cooperaba con Israel en la recuperación de la independencia del país.

Un par de semanas después, el 14 de septiembre, en el cuartel de la Falange en Achrafieh, Gemayel fue asesinado por una carga de explosivos colocada por Habib Chartouni, quien pertenecía desde 1977 al partido prosirio capitaneado por Assad Hardane. Los explosivos habían sido suministrados por el jefe de inteligencia siria, Ali Douba. Además del presidente, veintiséis personas murieron en el ataque. Los sirios consideraron a Chartouni un héroe. Los cristianos, no precisamente.

El jefe de la seguridad de la Falange, Elie Hobeika, decidió vengar la muerte del presidente, en los campamentos palestinos de Sabra y Chatila. El 16 de septiembre de 1982, cien falangistas penetraron en los campos y mataron a varios centenares de civiles (las estimaciones varían desde trescientos a quinientos).

Los israelíes, en cuya franja de control se hallaban los campamentos, ingresaron en los mismos para detener la masacre.

Y aquí ocurrió lo insólito en el imaginario europeo. La opinión pública de Europa, que durante siete años se había mantenido cruelmente apática ante el desgarramiento del Líbano día a día, esta vez saltó como un felino y comenzó una diatriba permanente ¡contra Israel! De todos los nombres de aldeas destruidas que incluí en esta crónica, no me cabe duda de que los únicos que resultaron conocidos al lector son los de Sabra y Chatila. Y aunque Hobeika nunca se arrepintió de la matanza, aunque los falangistas la vieron siempre como un acto de aceptable venganza, ni éstos ni aquél jamás fueron reprochados por el mundo, sino Israel, sólo Israel... por no haberlo evitado.

Diez años de guerra en el Líbano y de genocida ocupación siria, se redujeron en la conciencia de Europa a Sabra y Chatila. A esos dos nombres se dedicaron películas y libros, manifestaciones y condenas. Sólo a ese evento de la guerra en el Líbano, le dedicó Alberto Cortez una canción de su repertorio, y Jean Genêt en 1992 un tétrico documental, Cuatro horas en Chatila. A partir de ese episodio, por el hecho de que los judíos no impidieran que árabes cristianos mataran a árabes musulmanes, Israel fue sistemáticamente presentado como un país nazi.

Sabra y Chatila son el libelo de sangre del siglo veinte, un caso más de histeria colectiva destinado exclusivamente a presentar al judío como verdugo. En un artículo de El Periódico español del 23 de marzo de ¡2004! Ángel Sánchez vuelve a acusar a Sharon de Sabra y Chatila. Veintidós años después, algunos periodistas no encuentran más violencia en este mundo que la desatada en aquellos campamentos.

Puede aplicarse a Israel una reflexión de Teodoro Lessing: Cuando no tenemos 'la conciencia tranquila' con respecto a determinado país, resaltamos lo que haya de malo o indigno en las víctimas de nuestra hostilidad, para justificarla ante nuestro fuero interno. Pues no odiamos a tal país porque sea malo, sino que, porque lo odiamos, lo tildamos de malo.

Pese a todo, Israel y el Líbano firmaron un tratado de paz el 17 de mayo de 1983, del que al poco tiempo Siria exigió su unilateral anulación. Ningún medio de difusión volvió a mencionar jamás ese tratado, que no gozó de la aprobación internacional.

Si el lector aún no está convencido del despropósito, permítame agregarle un dato casi extravagante. Las matanzas entre libaneses no se detuvieron. En septiembre de 1983 más de cien aldeas en la región de Chouf fueron limpiadas étnicamente de cristianos por tropas drusas.

En mayo de 1985, milicianos musulmanes atacaron nuevamente el campo de refugiados de... ¡Chatila! De acuerdo con datos oficiales de las Naciones Unidas, asesinaron a seiscientos treinta y cinco personas y dejaron a más de dos mil quinientos heridos. Nadie se quejó. Alberto Cortez no cantó y las Naciones Unidas no se reunieron para condenar. Tampoco cuando en octubre de 1990 las tropas sirias mataron en ocho horas a setecientos cristianos más. Por toda respuesta, el mundo hizo la vista gorda una vez más.

Y cuando la información se filtra en una nota como ésta (la prensa europea no la menciona jamás) pues los que se enteran argumentan «no haber sabido nada». Pero cuando lo saben tampoco cambian su actitud, enraizada en siglos de prejuicios que los ha entrenado para condenar sólo al judío.

La cacofonía generalizada sobre el Líbano, ahoga las voces solitarias que bregan por murmurar la verdad. El 2 de enero de 2003 Carlos Semprún Maura se preguntaba en sus Crónicas Cosmopolitas «¿Cómo se puede calificar sino de propaganda antisemita seguir manteniendo que Sharon es el responsable de la matanza de Sabra y Chatila, cuando se sabe que es falso, y seguir hablando de la inaudita masacre de Yenín, incluso cuando se sabe que también es falso?»

Si no creéis, pues ved. La ocupación de todo el Líbano por parte de Siria continúa hasta hoy. Ni siquiera Javier Nart, quien se opuso con uñas y dientes a la ocupación de un diez por ciento del Líbano por parte de Israel, tiene ni una sílaba de censura contra la ocupación del cien por ciento del Líbano por el régimen fascista sirio. Es que en su dilatada soberbia, los judeófobos se creen motivados por cuestiones morales. Y criminalizar a Israel es el clímax de su curiosa moralidad.

h

la mayor masacre cometida en Medio Oriente con los Palestinos fue el Septiembre Negro, en el cual las fuerzas del Rey Hussein de Jordania combatieron con fedaiyeens palestinos y el total de victimas oscila entre 5.000 y 20.000
http://en.wikipedia.org/wiki/Black_September_in_Jordan#Casualties

b

#6 Sabra y Chatila fue cometido por las falanges cristianas, no por Israel. Aunque claro está, a Israel le cabe algo de responsabilidad, como bien deja en claro las propias investigaciones de las cortes israelíes.

Pero disculpame si me parece algo absurdo (o sospechoso) que se haga de Sabra y Chatila una bandera, cuando no es algo fuera de lo común en medio oriente. Jordania cometió masacres mucho más importantes que Sabra y Chatila, y luego de Sabra y Chatila del 82, tuvieron lugar matanzas mucho más importantes en Libano, limpiezas de villas enteras, a manos de drusos, de sirios, de cristianos, etc.
Por eso, no entiendo el porqué se enarbola a Sabra y Chatila como una bandera, cuando existen crimenes mucho más importantes, mucho más impunes e iguales de atroces.
Creo que Sabra y Chatila es una muestra clara que a veces, lo que importa no es la víctima, sino el verdugo... (y repito, el Ejercito de Israel tuvo una responsabilidad INDIRECTA).

Saludos!