Sobran las palabras para esta genial viñeta de Quino del libro "¡Qué mala es la gente!", donde habla de la crisis y de a dónde va nuestro dinero de los "rescates"
¿A donde va el dinero? Ese dinero nunca existió realmente, solo son papeles de colores que un señor con nombre y apellido en el BCE dijo que había que multiplicar.
Por cierto, a día de hoy, se sigue multiplicando ese dinero para salvar a los bancos y a los estados en quiebra. Por supuesto, cada vez que se multiplica el dinero existente, se divide el valor del dinero que tu tienes.
#4 Una pregunta sencillísima. ¿Conoces el concepto de confianza en economía? Absolutamente toda forma de dinero (oro incluido) depende de la confianza de la sociedad en cualquier forma de dinero como medio para intercambiar recursos. Y el valor es algo subjetivo. Entra dentro de la esfera de la mente de un ser humano.
#10 Bien, ignoras que la subjetividad es un concepto psicológico y neurocientífico. El valor no es una realidad objetiva como lo es que seas un sistema abierto y necesites obtener energía del exterior. Está inscrito en las neuronas de millones de personas y es una de tantas respuestas desde el propio cerebro a estímulos externos. Aunque hubiera un solo tipo de moneda, el valor de ésta seguiría siendo subjetivo y estaría sometido al dictado social. Y esa moneda puede hundirse cuando, de una manera u otra, millones ven que ya no tienen tanto valor y pasan a usar otras formas de dinero para intercambiar recursos. ¿Nunca has visto cómo fluctúa el valor de las diversas divisas del mundo, siendo condicionado por millones de agentes? Y eso que hablamos de tipos de cambio libre. En casos como el de Venezuela encontrarás un mercado oficial del dólar, regulado por el Estado. Y otro, en donde es más alto (mercado negro): http://www.lavanguardia.com/internacional/noticias/20090217/53641076782/como-hacerse-rico-cambiando-dolares-en-el-mercado-negro-de-venezuela-chavez-hugo-chavez-joaquim-ibar.html
¿O catastróficas hiperinflaciones como la húngara entre los años 1945 y 1946? Muchas personas, rápidamente, pueden perder la confianza en la moneda utilizada y pasar a otras formas de dinero, por mucha legislación que haya. El Estado no es mágico. No tiene toda la información. Se topa con los límites de la realidad.
Bien, entérate. Puedes ver un panel que te dirá que tal moneda vale 300 en estos momentos, pero ahí se acaba todo atisbo de objetividad. ¿Cómo han llegado millones de agentes económicos a determinar ese valor? Dado que estas personas son seres biológicos y tienen un cerebro imperfecto, es un proceso subjetivo basado en creencias. Ese valor, inevitablemente, variará en algún momento del futuro. Y no te quieres desprender de tus 50 euros porque crees que vale algo. Y, en estos momentos, te sirve para intercambiarlo por otros recursos. También puedes usar otras formas de dinero, como el trueque. El todopoderoso Estado, que es una institución más, no te meterá en chirona por intercambiar tu cartucho de Nintendo 64 por una lámpara. Pero resulta ser bastante impráctico en muchas circunstancias (de hecho, precisamente falla muchas veces porque el valor que nuestro cerebro, ayudado por nuestros sentidos, le conferirá a algo es subjetivo y depende de una bestialidad de factores.
Y el marginalismo no ha hecho más que ahondar en la subjetividad del valor. Incluso en los recursos que todos necesitamos, no le damos el mismo valor a, verbigracia, nueve vasos de agua que a dos.
Está muy bien saber economía, pues es una gran ciencia social y bastante útil para entender cómo intercambiamos recursos. Pero no basta: también hay que estudiar otras disciplinas relacionadas. El humano no es un ser completamente racional. Es muy complejo. Es un ser social. Su desarrollo está rodeado por bastantes circunstancias. Hay que entender cómo funciona su cerebro. Y entenderemos mejor cómo funcionamos. La economía, que la realizamos entre todos, no está aislada de esta sociedad.
Comentarios
Mira, lo de la mujer en lugar del hombre con puro y gafas de sol es nuevo. Hasta en materia de lecturas cegatas y tópicas se puede innovar.
¿A donde va el dinero? Ese dinero nunca existió realmente, solo son papeles de colores que un señor con nombre y apellido en el BCE dijo que había que multiplicar.
Por cierto, a día de hoy, se sigue multiplicando ese dinero para salvar a los bancos y a los estados en quiebra. Por supuesto, cada vez que se multiplica el dinero existente, se divide el valor del dinero que tu tienes.
#4 Una pregunta sencillísima. ¿Conoces el concepto de confianza en economía? Absolutamente toda forma de dinero (oro incluido) depende de la confianza de la sociedad en cualquier forma de dinero como medio para intercambiar recursos. Y el valor es algo subjetivo. Entra dentro de la esfera de la mente de un ser humano.
#5 Poco importa la confianza cuando se tiene dinero al 1% como hace unos años, cuando el Fed y el BCE inflaban la burbuja crediticia.
#5 Cuando estás coaccionado a usar un único tipo de moneda, el valor ya no es subjetivo, ya que tampoco puedes elegir otro medio de cambio.
#10 Bien, ignoras que la subjetividad es un concepto psicológico y neurocientífico. El valor no es una realidad objetiva como lo es que seas un sistema abierto y necesites obtener energía del exterior. Está inscrito en las neuronas de millones de personas y es una de tantas respuestas desde el propio cerebro a estímulos externos. Aunque hubiera un solo tipo de moneda, el valor de ésta seguiría siendo subjetivo y estaría sometido al dictado social. Y esa moneda puede hundirse cuando, de una manera u otra, millones ven que ya no tienen tanto valor y pasan a usar otras formas de dinero para intercambiar recursos. ¿Nunca has visto cómo fluctúa el valor de las diversas divisas del mundo, siendo condicionado por millones de agentes? Y eso que hablamos de tipos de cambio libre. En casos como el de Venezuela encontrarás un mercado oficial del dólar, regulado por el Estado. Y otro, en donde es más alto (mercado negro): http://www.lavanguardia.com/internacional/noticias/20090217/53641076782/como-hacerse-rico-cambiando-dolares-en-el-mercado-negro-de-venezuela-chavez-hugo-chavez-joaquim-ibar.html
¿O catastróficas hiperinflaciones como la húngara entre los años 1945 y 1946? Muchas personas, rápidamente, pueden perder la confianza en la moneda utilizada y pasar a otras formas de dinero, por mucha legislación que haya. El Estado no es mágico. No tiene toda la información. Se topa con los límites de la realidad.
Bien, entérate. Puedes ver un panel que te dirá que tal moneda vale 300 en estos momentos, pero ahí se acaba todo atisbo de objetividad. ¿Cómo han llegado millones de agentes económicos a determinar ese valor? Dado que estas personas son seres biológicos y tienen un cerebro imperfecto, es un proceso subjetivo basado en creencias. Ese valor, inevitablemente, variará en algún momento del futuro. Y no te quieres desprender de tus 50 euros porque crees que vale algo. Y, en estos momentos, te sirve para intercambiarlo por otros recursos. También puedes usar otras formas de dinero, como el trueque. El todopoderoso Estado, que es una institución más, no te meterá en chirona por intercambiar tu cartucho de Nintendo 64 por una lámpara. Pero resulta ser bastante impráctico en muchas circunstancias (de hecho, precisamente falla muchas veces porque el valor que nuestro cerebro, ayudado por nuestros sentidos, le conferirá a algo es subjetivo y depende de una bestialidad de factores.
Y el marginalismo no ha hecho más que ahondar en la subjetividad del valor. Incluso en los recursos que todos necesitamos, no le damos el mismo valor a, verbigracia, nueve vasos de agua que a dos.
Está muy bien saber economía, pues es una gran ciencia social y bastante útil para entender cómo intercambiamos recursos. Pero no basta: también hay que estudiar otras disciplinas relacionadas. El humano no es un ser completamente racional. Es muy complejo. Es un ser social. Su desarrollo está rodeado por bastantes circunstancias. Hay que entender cómo funciona su cerebro. Y entenderemos mejor cómo funcionamos. La economía, que la realizamos entre todos, no está aislada de esta sociedad.
Un saludo.
Hay Quino hay meneo. Aunque para ser más realista el mayordomo tendría que desplumar directamente a todo el que pasase por ahí.
Lo que no pillo es lo de la etiqueta "Mafalda"
#2 Quino es el creador de Mafalda, aunque yo tampoco veo el sentido de esa etiqueta...
#6 la puse por eso mismo, pero si queréis se puede quitar, Mafalda es la obra más conocida de Quino, y así la gente puede asociar...
Simplemente genial.
Es gracioso porque pintan a los ricos como gente que vive en un palacio pidiendo caridad mientras una sirvienta les sirve una copa.
No espera, no tiene ninguna gracia.