El 12 de septiembre de 1895 murió de tuberculosis en Nebraska una mujer llamada Jessie Allan. Allan trabajaba en la Biblioteca Pública de Omaha y se creyó que su enfermedad pudiera provenir de un libro. La muerte de Allan ocurrió durante lo que se conoció como el «gran pánico del libro». El propio Library Journal aconsejaba que aunque los bacilos acecharan en los lugares más insospechados, convenía no exagerar el peligro de los libros para que no cundiera el pánico. Pero el pánico sí cundió, especialmente entre bibliotecarios.
Si cae en vuestras manos un incunable, nunca, jamás, os humedezcais los dedos para pasar las páginas por los laterales superiores #5 cago en todo, me lo has quitado
Para probar el peligro de contraer enfermedades un tal William R. Reinick expuso a cuarenta conejillos de indias a páginas de libros contaminados, un experimento que acabó con la muerte de todos. Incluso se llegó a experimentar con monos a los que se les dio leche en la que se habían disuelto páginas supuestamente contaminadas. Todos estos extravagantes experimentos llegaron a las mismas conclusiones: aunque el peligro de infección fuera pequeño, no podía descartarse por completo.
Comentarios
Ejem, ejem: El nombre de la Rosa
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Si cae en vuestras manos un incunable, nunca, jamás, os humedezcais los dedos para pasar las páginas por los laterales superiores
#5 cago en todo, me lo has quitado
#5 Un monje no debe reír. Solo los tontos se ríen.
#5 hombre... estaba envenenado y si usabas guantes se podía leer. No propagaba enfermedades biblicas.
#8 ¿Tú te pones guantes para leer? ¿Solo? Yo cuando leo libros me pongo el traje de guerra bactereológica
#9 me pregunto si sabes la diferencia entre un veneno y una bacteria
#10 Mierda, ya me has pillado. Pero digo yo que el traje en si será al menos igual que unos guantes.
#11 estamos hablando de una obra de ficción sobre un libro que estaba envenenado y con tocarlo (supongo que se absorbía por la piel) morías.
Desde hace años solo leo en mi ebook pero nunca me ha gustado tocar libros de otras personas
#12 Sí, ya lo sé. Me he leído el libro y he visto la película. Solo bromeaba.
#5 Gran libro, y mejor piloto.
#0 Cuando se pensó que los libros podían contagiar terribles epidemias
Cuando se pensó que los libros podían contagiar te...
lecturalia.com#3 no es dupe, esa no explica prácticamente nada
Para probar el peligro de contraer enfermedades un tal William R. Reinick expuso a cuarenta conejillos de indias a páginas de libros contaminados, un experimento que acabó con la muerte de todos. Incluso se llegó a experimentar con monos a los que se les dio leche en la que se habían disuelto páginas supuestamente contaminadas. Todos estos extravagantes experimentos llegaron a las mismas conclusiones: aunque el peligro de infección fuera pequeño, no podía descartarse por completo.
me encanta
Pues no andaban muy desencaminados...
Godwin en uno.
Cuando se pensó que los libros podían contagiar terribles epidemias
Cuando se pensó que los libros podían contagiar te...
lecturalia.com