Los vecinos insisten en que él no provocó nada, se limitó a hacer un cortafuegos «como ha visto hacer toda la vida cuando las cosas están jodidas: haces un fuego controlado que va hacia el que está descontrolado y salvas las casas». Vilar reconoce que un contrafuego debe hacerse con autorización, pero, en ese momento, primaba la urgencia. «En aquel momento, no había luz ni móviles. Si esperaban a que lo autorizasen, se quemaba la aldea». Al coger su mechero y prenderle fuego controlado, la salvó. «Si no fuese por él, ardían todas las casas»