Su gran interpretación en «Black Swan», de Darren Aronofsky, inaugura la Mostra de Venecia. Lo mejor de «Black Swan» es la impresionante interpretación de la chica Portman, que no sólo se atraviesa de punta a punta toda la obra de Tchaikovski (es decir, que baila como si se hubiera escapado del viejo Bolshoi) sino que además su rostro hermosamente zen adquiere tonalidades oscurísimas con apenas un movimiento de ojos o un leve gesto de su boca.
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