Recibes tu factura de la luz y tienes de forma gráfica lo que has consumido cada mes. Para ser exactos, hasta te dicen a cuánto está el kilowatio. Y lo mismo con el agua, sabes cuántos metros cúbicos has gastado mensualmente y si te has pasado de la raya abriendo el grifo. Son formas de medir el consumo que nos resultan realmente intuitivas.