Es de hace unos días, pero curiosa y divertida. El arzobispo de Manila, Gaudencio Rosales, ha suspendido las oraciones en las iglesias de la capital para que lloviese y terminase la sequía, después de que dos tormentas y un tifón afectaran a Filipinas.
...Dios no nos escucha, habremos sido malos... Entre tanto rezo a nadie se le ocurrió poner medidas para evitar males mayores, ahhh, esperaban que lo hiciera su dios...
Comentarios
"Anda, ¡pero si funciona!", ha afirmado el sacerdote.
Pues nada, que el sacerdote y la comunidad asuman la responsabilidad civil de los daños causados, en nombre de su dios.
La verdad es que resulta curiosa y simpática. Habrá que imaginarse a los feligreses diciendo ¡Cóño con el cura! como para llevarle la contraria!
Si a un dios omnipotente en su plena sabiduria le pueden hacer equivocarse pidiendole chorradas, pues vaya una omnipotencia.
Bueno. Ahora a mandarle a Perú, para que no haya más terremotos.
A éste es al que hay que traerse a Albuñol para acabar con el pifostio que ha montado el Arzobispo.
...Dios no nos escucha, habremos sido malos... Entre tanto rezo a nadie se le ocurrió poner medidas para evitar males mayores, ahhh, esperaban que lo hiciera su dios...
Que no quieres sopa, pues toma tres tazas.