Hace 13 años | Por vaiano a enriquedans.com
Publicado hace 13 años por vaiano a enriquedans.com

La guerra no se juega en el hardware ni en el sistema operativo, no se juega en las partes que el fabricante puede controlar directamente. La guerra se juega en las aplicaciones, en obtener el favor de los programadores, en conseguir que sea una buena propuesta de valor desarrollar para tu plataforma.

Comentarios

ikerbera

#0 Esta muy bien que meneame te ponga automáticamente parte del articulo como entradilla, pero podrías molestarte en copiar y pegar el resto

vaiano

#1 Disculpa, solucionado.

D

Esto es un artículo del Captain Obvious.

Ni el hardware ni el sistema operativo hacen nada por el usuario (directamente). Las aplicaciones son las que mandan y las que hacen inclinarse la balanza. Un hardware y un sistema operativo por si solos, no sirven para nada.

isaac_llopis

El mercado móvil ha cambiado mucho tras el anuncio de la colaboración Nokia-Microsoft, que provocará que el mercado de los diferentes "market" de aplicaciones se redefina y se simplifique.

RIM no tiene precisamente un sistema amigable de programación de aplicaciones y, sinceramente, a pesar de que muchos dicen que no pueden vivir sin su teclado físico, hay muchos terminales Android que lo llevan, con un teclado sensiblemente más grande y con más posibilidades.

Yo, por motivos de trabajo tengo Blackberry, pero estoy deseando que se rompa para pedir un Android. El teclado, además de minúsculo, no lleva opciones básicas como Ñ o tildes, y ponerlas (que sí, vale, se puede) cuesta un trenzado de dedos un tanto complicado. En un Android se limita a apretar un poquito más y seleccionar la opción emergente correcta. Además existen innumerables sustitutos del teclado estándar, que complementan el sistema de entrada muy hábilmente (yo uso AnySoftKeyboard).

No obstante está claro que el futuro de las plataformas móviles lo deciden sus markets. Blackberry y Symbian no se han sabido reinventar, Symbian ya tiene los días contados y Blackberry, a menos que de un giro inesperado, será la próxima.