La forma más común de relación de Roma con los pueblos que iba engullendo e integrando en su estructura era la estipendiaria. Dichos pueblos se veían obligados a rubricar un tratado desigual por el cual Roma concedía cierta autonomía en el gobierno interno por medio de unas élites romanizadas pero quedaban obligados al pago de tributos para mantener la estructura imperial además de tener que aportar tropas auxiliares a las legiones. Este no era un tratado de amistad sino de subordinación. ¿Os suena de algo la situación?
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¡No como la OTAN que está para defender la libertad de todos los europeos!