Las fuerzas represivas no tienen “excesos” ocasionales. Su idiosincrasia, posición de autoridad y monopolio de la violencia les hacen que su mismo núcleo esté efervescente de arrogancia y violencia. Si a esto le sumamos la obediencia ciega y la cobardía de actuar -como siempre hacen- protegidos por armas y por otros represores más (sea fuera de un Rectorado, en una habitación de una comisaría o en las calles de cualquier ciudad) la combinación es brutal. Pero brutal de por sí, a priori, por su índole, siempre; no a posteriori y coyunturalmente.
Comentarios
Al #1: Cuánto saber condensado en una URL!!! Si te armaras de valor, pincharas el enlace y... sí, te leyeras el artículo... igual hasta tu opinión variaba. No sé, no me hagas mucho caso, igual es que deliro.
con una web con ese nombre ¿que os esperais de ellos?