Sostiene la directora general del Notariado, Ángeles Alcalá, que son “tiempos líquidos” en los que han desparecido las certezas. Y tal vez por eso el ex presidente Felipe González se agarró ayer a un principio del que recela su “tribu ideológica, como la definió él mismo. “Es posible”, aseguró, “una dictadura con economía de mercado, y ahí está el caso de China, pero no es posible una democracia sin mercados”.
Un titular muy curioso, cuando en la mismísima entradilla pone que lo que dijo fue "Es posible una dictadura con economía de mercado, y ahí está el caso de China, pero no es posible una democracia sin mercados".
A esto se le llama una manipulación torticera... pero claro, la verdad ("no es posible una democracia sin mercados") no suena como ese titular amarillo intenso... y mucho menos cuando se añade lo que sigue
Mercado sí, pero con reglas. Esto es, sin "desregulaciones apasionadas que han hecho imprevisible la evolución de la economía".
Yo le voy a dejar uno al Sr. Gonzalez, no hay democracia cuando cuando los políticos, el capital y la banca no tienen dignidad ni vergüenza y se pasan los derechos de los trabajadores por el arco del triunfo.
Comentarios
Le falta aclarar si la democracia se vende al peso o a granel.
#1 se hará en lotes, como la desamortización de Mendizabal.
Solo los ricos podrán comprar lotes tan grandes. =)
Neoliberalismo socialdemocrata en estado puro. De entrada...#nolosvotes
Un titular muy curioso, cuando en la mismísima entradilla pone que lo que dijo fue "Es posible una dictadura con economía de mercado, y ahí está el caso de China, pero no es posible una democracia sin mercados".
A esto se le llama una manipulación torticera... pero claro, la verdad ("no es posible una democracia sin mercados") no suena como ese titular amarillo intenso... y mucho menos cuando se añade lo que sigue
Mercado sí, pero con reglas. Esto es, sin "desregulaciones apasionadas que han hecho imprevisible la evolución de la economía".
Yo le voy a dejar uno al Sr. Gonzalez, no hay democracia cuando cuando los políticos, el capital y la banca no tienen dignidad ni vergüenza y se pasan los derechos de los trabajadores por el arco del triunfo.