Interesante artículo en The Register que se adentra en el conocimiento que la ciencia nos da sobre porqué muchas personas tienen miedo crónico a las agujas, algo que les acarrea problemas en ámbitos de la vida como el correcto tratamiento de ciertas enfermedades o los controles policiales de alcoholemia.
Pues en mi caso lo tengo clarísimo. Mi pediatra, (una señora vieja cuya consulta olía a practicante) me mandaba hasta el clamoxil en pinchazos. Me pasé media infancia con el culo dolorido. Hasta que un día, el último que me llevaron allí, me revelé. Y monté tal pollo, con patadas incluidas, que mi padre se apiadó de mí y me buscó otra. Desde entonces, hasta un análisis es un drama. Bruja. Por si lo lee.
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Pues en mi caso lo tengo clarísimo. Mi pediatra, (una señora vieja cuya consulta olía a practicante) me mandaba hasta el clamoxil en pinchazos. Me pasé media infancia con el culo dolorido. Hasta que un día, el último que me llevaron allí, me revelé. Y monté tal pollo, con patadas incluidas, que mi padre se apiadó de mí y me buscó otra. Desde entonces, hasta un análisis es un drama. Bruja. Por si lo lee.