¿Sus árboles están estresados? ¿No crecen como debieran? ¿Les falta alegría, lustre, fronda? Tal vez James Conroy tenga la respuesta. Tal vez se llegue hasta su casa o su calle en Nueva York si usted le invita. Tal vez medite en silencio y ponga sus manos sobre el tronco, como si estuviera auscultando la energía del árbol. Tal vez se meta en su piel, o mejor dicho en su madera viva, e intente llegar a la raíz del problema. Tal vez inicie un diálogo inaudible con el enfermo. Esta es su pagina oficial: http://www.thetreewhisperer.com/
Primero el hombre que susurra a los caballos ahora
el hombre que susurra a los árboles,
después el hombre que susurra a los muertos
no hay mujeres susurrantes.
Comentarios
Primero el hombre que susurra a los caballos ahora
el hombre que susurra a los árboles,
después el hombre que susurra a los muertos
no hay mujeres susurrantes.
#2 Acabarán susurrándole hasta a los dioses
¿El hombre ardilla?
Pues yo tengo un sauce llorón que anda deprimio..... tendré que llamarlo