Filippo Bernardini, de 29 años, fue detenido por el FBI acusado de hacerse pasar por editores y agentes para obtener los textos. Ian McEwan y Margaret Atwood son sus víctimas más conocidas. "Eran robos desconcertantes, sin un motivo claro o una recompensa, y ocurrieron en el elegante y no particularmente lucrativo mundo de las publicaciones”, cuenta Elizabeth A. Harris en The New York Times. Esta práctica ya está estudiada y se conoce como phishing o suplantación.  
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