Cuando Rohan Bopanna propuso a Aisam Ul-Haq Qureshi unir sus raquetas para jugar torneos de dobles, no pensaba en complicadas estrategias geopolíticas ni en históricas humillaciones diplomáticas ni en alambicados problemas religiosos. La solución les parecía natural: ambos se llevan estupendamente, sus estilos de tenis son complementarios, hablan idiomas parecidos, a los dos les encantan las películas de Bollywood. "Cuando empezamos a ganar torneos, los medios repararon en nosotros", un indio e hindú y un pakistaní y musulmán. Están en 1/4.
Comentarios
Lo proximo debería ser una lección de ética y moral por parte de palestinos e israelíes.
El problema no son los ciudadanos, si no los políticos y los religiosos.