Radovan Karadzic, el ex presidente de la República serbia en Bosnia, desde hace muchos años buscado por el Tribunal de crímenes de guerra en La Haya, trabajó en el 1983 como psicólogo en el Estrella Roja de Belgrado. El cotidiano Kurir descubre que la entonces directiva empleó a Karadzic, psiquiatra de profesión, para ayudar a la plantilla a recuperar la confianza tras una mediocre primera vuelta del campeonato.
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Vaya, ahora sé de donde sale la frasecita: "Hay que ganar a muerte" que dicen de vez en cuando jugadores y entrenadores