Cuando llega el momento de aparearse, los machos de mantis –mucho más pequeños que las hembras– se juegan literalmente la vida al acercarse a su pretendida. En ocasiones, la hembra deja que el macho concluya sus ejercicios amorosos para después atraparlo y devorarlo; una estrategia evolutiva que puede parecer incoherente, pero que tiene su explicación.
...si no fuera porque este comportamiento es rarísimo en la naturaleza, y donde más se da es en cautividad y en los documentales, por aquello del espectáculo.
Comentarios
Igualito que algunas humanas.
...si no fuera porque este comportamiento es rarísimo en la naturaleza, y donde más se da es en cautividad y en los documentales, por aquello del espectáculo.