La mayoría de personas migrantes en situación irregular que trabajan desde hace años en la recogida de la fresa y frutos rojos en el área de Doñana (Huelva) sobreviven en condiciones muy precarias, hacinadas en chabolas que fabrican con madera, cartón y lonas de plástico, sin luz ni agua, y rodeadas de toneladas de basura, lo que también implica un alto riesgo de incendio. Con el objetivo de dar una solución, el Gobierno ha anunciado esta semana que destinará 6 millones de euros para la inclusión social y laboral de los temporeros que trabajan
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