Si acercarse a la obra y figura de un artista nos resulta complicado, cuánto más no lo es si esa obra proviene de alguien que puede ser considerado un profeta. Sí, un profeta. Puede que algunos se escandalicen por semejante afirmación pero es que la obra de Andrei Tarkovski me empuja irremediablemente a ello. Sus imágenes trascienden su propia condición de imágenes y se nos antojan puentes entre la fisicidad de la realidad más inmediata y la plasticidad poética del inconsciente.
Comentarios
No. No. NOOOOOO.
#1 No era mi intención hacerte tanto daño.
Es sólo un reflejo, #2. El que me hizo daño fue Tarkovski y los cineclubs. Todavía bostezo recordándolo.
#6 No he dicho que me parezca mal, solo que no era mi intención hacerte daño. Lo del daño lo he deducido por tu comentario en #1.
Si tienes ganas de mostrar tu odio por Tarkovski estás en tu perfecto derecho y a mí no me afecta lo más mínimo. Ahora bien, si lo que quieres es arrastrarme a una discusión estúpida, mejor te buscas a otro.
La alusión a las bobadas, por lo tanto, haré como que no la he visto.
#7 Es que no se hizo la miel para la boca del asno.
Les parece mal a Ripio y a Personare. Uuuuuuh. Uuuuuh. Qué mieeeedo.
Y qué coñazo. De todas formas, es igual. Aquí los únicos que hemos visto a Tarkovsky somos nosotros tres. El resto de los meneitos no diferenciarían una película de este pelma de un videojuego en pausa.
#4 Se considera de buena educación referenciar a los meneantes de alguna forma en la que ellos puedan saber que han sido aludidos. De todos modos, no sé de dónde sacas que a mí me parezca mal. No he expresado ninguna opinión acerca de tu opinión.
Se considera de buena educación no decir bobadas; y saco que a ti te parece mal el que a mí me parece mal del comentario donde dices que a ti te parece mal que a mí me parece mal este señor. El comentario número dos.