Durante décadas, el Estado irlandés y la poderosa Iglesia católica colaboraron en el confinamiento de mujeres embarazadas fuera del matrimonio en estos centros. Allí daban a luz antes de ser separadas de sus hijos, quienes a menudo eran entregados en adopción.
Todo en nombre de una moral absurda que creen que pueden imponer a todo el mundo.
Durante décadas, el Estado irlandés y la poderosa Iglesia católica colaboraron en el confinamiento de mujeres embarazadas fuera del matrimonio en estos centros. Allí daban a luz antes de ser separadas de sus hijos, quienes a menudo eran entregados en adopción.
Todo en nombre de una moral absurda que creen que pueden imponer a todo el mundo.
Lo que tenemos que plantearnos en serio es lo de dar dinero para financiar magufadas.