Se ha hablado mucho, tanto en este boletín como en otros medios, de lo difícil que resulta cubrir a un político como Donald Trump. La mayoría de gobernantes suelen hacer cosas como evitar cometer actos ilegales o protagonizar escándalos éticos indefendibles. Cuando son cazados, suelen sentir cierta vergüenza sobre ello, porque entienden que pueden ser impopulares. Quieren dar la mejor imagen posible a los votantes, porque entienden que hay actos que son inaceptables. La administración Trump no tiene ninguna de estas preocupaciones.