He perdido mi antiguo porvenir, y no me ha sido concedido uno nuevo: sólo floto en el presente. Mantengo una rara sensación de supervivencia, de náufrago rescatado, envuelto en una manta y tiritando; entre marineros borrachos que intentan renacerme, pasándose unos a otros la botella: intentando que acerque también mis labios hinchados, azulados, al gollete. ¿Quién va a renacerme? ¿Un grupo de muchachos descontentos, puros, insatisfechos? ¿Acaso sólo deseosos de vagas aventuras? Todas las juventudes aguardan la...