«¡El que no esté colocado que se coloque... y al loro!», dijo el alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, en 1984, antes de un concierto en el Palacio de los Deportes. Una frase que quedó para la historia y que, 30 años después, tiene más vigencia que nunca, aunque los estragos del caballo se hayan convertido en cosa del pasado. Y es que los madrileños ya no se colocan tanto con heroína, porros o coca como con hipnosedantes. Drogas legales y suministradas con receta, cuyos consumidores no buscan, en la mayoría de los casos, un chute, sino func
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Veis? Siempre la culpa es del que les conviene, en este caso los malos son los médicos y así acepta la sociedad que tengan condiciones laborales de mierda
Yo que pensaba que lo de Alcama era simplemente una deficiencia de funciones cognitivas y al final es el orfidal…