El año 2023 está suponiendo un desafío a las expectativas de casi todo el mundo: recesiones que nunca terminaron por llegar, recortes de tipos que no se materializaron, mercados de renta fija que no rebotaron –excepto en algunos momentos puntuales– y una renta variable al alza que dolió a la mayoría de los gestores, que se mantuvieron prudentemente infraponderados en la bolsa ante el temor de una desaceleración progresiva de la economía.
Comentarios
#0 Te has dejado parte del titular sin publicar.
#1 gracias, editado y publicado
Ya empezamos a espantar a los pequeños para pillar saldos.
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Pues pronto empezamos
#3 La bolsa siempre ha sido: un juego de miedo y euforia controlado por un puñado de grandes inversores.
En la mayoría de los casos invierten el dinero de otros, pero cogen el control de empresas estratégicas en los sillones de administración.
Pues como siempre en el capitalismo, unos pocos serán más ricos gracias a miles de pringados que financiarán sus dividendos.
Cuando los pobres empiezan a ganar más de lo debido, se ajusta la economía para que suba el ipc y los ponga otra vez en su lugar, o sea, ahora.
En unos años amnistía fiscal y vuelta a empezar.
Inversores de mi barrio lo corroboran.