César Portela diseñó una necrópolis en la que los nichos están azotados por los vientos de la Costa da Morte, cosa mala —dicen— incluso para los huesos de los difuntos. Rechazado en su momento por los finisterranos y convertido en cadáver político, ahora cada vez más gente del pueblo pide su apertura. Muchos peregrinos querrían ser enterrados aquí.
El lugar tiene unas vistas inmejorables, pero aquello son, bastante literalmente, como unos contenedores de transporte pero en cemento, en medio del bosque.
Comentarios
Eso es porque han resucitado todos y se han largado.
#0 Titular de mierda.
Me parece bien, un sitio menos del que preocuparnos como posible origen de un apocalipsis zombi.
Es como el aeropuerto de Castellón, que es uno de los mejores del mundo porque nunca hay accidentes.
Cesar Porteña, el Calatrava de los cementerios..
El lugar tiene unas vistas inmejorables, pero aquello son, bastante literalmente, como unos contenedores de transporte pero en cemento, en medio del bosque.
La idea muy original, la ejecución un adefesio.
Una aberración contra el hermoso paisaje de Fisterra
"No es serio este cementerio"
Ya,ya,pero cuanto cuesta ser enterrado alli?al igual es ese el problema