A raíz de la última polémica de Marina (sin The Diamonds) con sus seguidores, analizamos otros fandoms problemáticos. La RAE define “fan” como “admirador o seguidor de alguien” y como “entusiasta de algo”, dando como ejemplo “es un fan de la ópera” (soy fan, valga la redundancia, de ese ejemplo). Pero cada vez se habla más de los fans tóxicos, aquellos que no distinguen realidad de ficción, aquellos que asocian a un actor con su personaje odioso hasta hacer que deje de actuar.
Comentarios
Tóxico no sé, pero enfermizo, casi siempre.
El fenómeno fan siempre me ha parecido algo fascinante. Esto me recuerda que tengo que buscar algún libro sobre el tema.
Hay maneras de evitar el peligro de la toxicidad de los fans. Lo mejor es no comerlos.
La noticia me recordó un caso que ví en una red social. Había una noticia sobre una iniciativa solidaria del grupo Ghost para homenajear a un fan que murió durante uno de sus conciertos y que iban donar el dinero de ventas de camisetas y discos durante el evento a la familia del fallecido. El tercer o cuarto comentario era de un individuo insultando al grupo y a sus fans gratuitamente. Le respondía un familiar del homenajeado bastante ofendido, pero en buenos términos y la respuesta del energúmeno era, a grandes rasgos, "Ni leí la noticia ni el titular, siento tu perdida pero Ghost es una banda de mierda que hace música de mierda y sus fans son unos posers patéticos que no ecuchan música de verdad, así que voy a seguir recordandolo en todas las noticias sobre el grupo.". Y ahí te das cuenta que hay gente que convierte sus aficciones en una cruzada para hacer del mundo un lugar peor.