Uno de los municipios más pequeños de la provincia de Valladolid (51 habitantes, pero los hay más deshabitados) tiene una alcaldesa joven y de izquierda: Virginia Hernández (Valladolid, 1988), que al frente de la candidatura local de Toma la Palabra se convirtió en regidora de San Pelayo en 2015. Filóloga de formación, Hernández se ha convertido en este tiempo en una referencia nacional del ruralismo progresista y feminista. Conversamos con ella sobre idealizaciones del campo, soluciones para la despoblación y los claroscuros de la insurrección
Comentarios
Muy importante el campo feminista. O sea la campa, con mucha hierba.
¿Un pueblo de 51 habitantes con alcalde?¿No debería ser una pedanía?
Por otra parte:
tiene una alcaldesa joven y de izquierda
¿Si hubiera sido de derechas le habrían hecho la entrevista?
Edito, tras leer el artículo parece una muchacha más razonable que mucha gente que pulula por aquí.
#1 Pues los hay bastante más pequeños.
Aunque coincido que a veces es una cosa bastante irracional y nada práctica.
En el mejor de los casos "Feminista" en "Ruralismo feminista" es como "Sin gluten" en "Agua mineral sin gluten". Puro marketing.
En el peor de los casos es como "Cristiana" en "Democracia Cristiana". Aplicar dogmas fuera de su contexto.
#_1 ¿Por qué no va a tener alcalde?
Será un alcalde sin asignación económica como los cientos de ellos que hay.
#5 Sin asignación económico !== sin coste económico.
La cuestión es si las divisiones políticas se establecen en términos de optimización de coste/servicio, o si sencillamente se mantiene sin revisión una división histórica que pudo (o no) ser óptima cuendo se realizó, cuando la población era rural, el transporte lento y las telecomunicaciones inexistentes.
#6 Sí. Seguro que tiene un coste terrible a las arcas.
Esto, como todo en España, se arregla gestionándolo desde Madrid.
#8 Se puede exagerar en la otra dirección:
Aver si me sale: "No sabía que te habias vuelto liberal y que querías hacer un ayuntamiento para cada persona."
¿Bien?
Por cierto, si quieren salvar las aldeas podrían probar con dos cosas, impuestos bajos y buena conexión a Internet.