Hace 3 años | Por Stiller a medium.com
Publicado hace 3 años por Stiller a medium.com

En España, desde el año 1990, en el que se implantó la LOGSE, los profesores venimos asistiendo desde fuera, por lo que respecta a la elaboración de las leyes, pero desde dentro del aula por lo que respecta a sus consecuencias, a un deterioro progresivo de la calidad de la enseñanza, deterioro del que todos los partidos sin excepción son culpables, por acción, por omisión o por complicidad implícita. Esta decadencia, no sabemos si intencionada o fruto de la incompetencia, está llevando consigo la transformación de la enseñanza en...

Comentarios

Stiller

La historia personal que cuenta en medio del artículo es perfectamente exacta y refleja bien lo que sucede.

Y esto es clave:

"No puede haber aprendizaje sin esfuerzo, como no puede haber enseñanza sin exigencia. El esfuerzo es el elemento igualador por excelencia. Es lo que puede salvar al pobre de la pobreza (cultural) y lo que le puede permitir competir en igualdad de condiciones con el rico. Despreciar el esfuerzo es abandonar al pobre a su suerte, a su “destino”. Es proveerle de cartas marcadas. Y la exigencia es la garantía de que el esfuerzo ampara la equidad, que no es otra cosa que dar a cada uno lo que ha merecido."

Nómada_sedentario

#1 Niego la mayor. Si el "esfuerzo" que debe hacer el pobre es mayor que el que debe hacer el rico, donde ves el elemento igualador?
La meritocracia es un puto timo en tanto en cuanto las casillas de salida no son las mismas.
Lo único que se puede afirmar es que si un pobre ha conseguido dejar de serlo, su esfuerzo ha sido titánico. Eso no influye en el hecho de que el rico para seguir siéndolo no haya tenido que esforzarse demasiado.
ESFUERZO implica IGUALDAD, MIS COJONES.
PD: esfuerzo hay que exigir, pero vender que te garantizará algo...

Esteban_Rosador

#8 No pareces tener mucha idea del asunto, la verdad.

Puesto que no pareces tener mucha educación, zanjaré el asunto.

Salud.

Esteban_Rosador

Conozco muchos institutos y escuelas públicas y muchos colegios privados que son muy exigentes. De hecho, algunos tienen una exigencia que es contraproducente para los alumnos con pocos medios.

Cualquier generalización es mala o, al menos, errónea.

Stiller

#2 Lo que pareces conocer menos es la diferencia entre "centro educativo" y "ley educativa".

Un centro puede ser muy exigente o poco exigente, pero quien establece lo que debe estudiarse para aprobar, y qué requisitos deben cumplirse, es la ley. El BOE. Y si una ley rebaja el conocimiento y dice que mejor se evalúen otras cosas paralelas, pues la ley es una mierda.

No entiendo por qué hablas de públicos y privados. El artículo no va por ahí. Creo que no te lo has leído.

Esteban_Rosador

#3 lo de públicos y privados era por dejar claro que no depende de esa circunstancia.

Si empiezas diciendo que opino sin leer el artículo, empezamos mal.

Stiller

#4 No te sigo. ¿De que circunstancias hablas?

Y te he dicho lo del artículo porque le acusas de generalizar cuando no lo hace: lo que dice es que el esfuerzo y el conocimiento son los mejores modos de cambiar de clase social, de salir de la pobreza. Si quitamos esfuerzo y conocimiento de las aulas, los principales perjudicados serán los pobres, que estarán condenados a no poder ascender socialmente.

Y tampoco habla de privados o públicos.

Esteban_Rosador

#5 la circunstancia es que sean públicos o privados.

Lo que digo es que es falso que la exigencia de la enseñanza haya bajado en general. Y si lo ha hecho, no es por las leyes. Basta mirar los temarios para darse cuenta que en las asignaturas fundamentales, han cambiado poco en los últimos 40 años. Las leyes de han ocupado más bien de asuntos políticos, muy importantes, pero políticos.

Y dependiendo del entorno social de una escuela, elevar el nivel de exigencia puede ser contraproducente. En muchos casos, lleva simplemente a echar a los alumnos de la enseñanza en etapas tempranas de la enseñanza, mucho antes de que puedan ser conscientes de las consecuencias. Y entonces los más perjudicados son los menos pudientes.

No es tan sencillo como lo plantea el artículo, que probablemente se basa únicamente en su experiencia personal. O incluso ni eso.

Stiller

#7 No pareces tener mucha idea del asunto, la verdad.

1) Los temarios se han reducido. Basta con tomar libros de texto (que básicamente adaptan las leyes) de hace treinta años y compararlo con uno de ahora. Pero, más allá de eso, los criterios de no repetir curso y de con cuántas asignaturas suspensas se puede avanzar o titular provienen de las leyes. Los chavales no son idiotas y tienden al mínimo esfuerzo. Si saben que con dos pasan o titulan, muchos se dejan esas dos.

2) Elevar el nivel de exigencia nunca es contraproducente. De las etapas tempranas no se pueden ir, para empezar porque sería ilegal. La educación es OBLIGATORIA. No se pueden ir a ningún lado hasta que cumplar mínimo 14 años. Por otro lado, los contenidos escolares son perfectamente asimilables para cualquier ser humano racional, siempre y cuando no tenga algún impedimento psicológico diagnosticado. El autor habla de exigirles esfuerzo. El esfuerzo lo puede realizar cualquiera si educa lo bastante la voluntad. Y el conocimiento de los coles no es como estudiar una ingeniería.

Ni los niños se van a ir antes del sistema, ni ningún niño va a hundirse porque se esfuerce y aprenda.

Jec_Ridoi

Desviandome un poco, los profesores han hecho alguna vez autocrítica? Habeis visto nunca que un profesor se autocritique diciendo que lo hizo mal, que se pasó con los alumnos, que intencionadamente aplicó la ley de la selva? Para la mayoría de docentes lo que importa es la solidaridad corporativa, el hermanamiento gremial que hace a todos los profesores igual de buenos enseñado. Porqué quizás se tendria de comenzar por aquí. Siempre se trata al alumnado como un rebaño que unos y otros se aprovechan. Yo tuve a profesor que lo primero que dijo cuando empecé un curso dijo: "No todos valen para hacer esto". Que reacción tiene un alumno cuando se da cuenta que no vale?

Grymyrk

Tendrá sentido hablar de igualdad de oportunidades en la educación cuando todo los alumnos tengan garantizadas todas sus necesidades materiales y el único elemento diferenciador entre ellos sea su habilidad y su esfuerzo, y no su estatus económico