El regreso a los estadios ha traído escenas que han indignado al aficionado de a pie, que se tiene que ceñir a unas normas estrictas que le obligan a mantenerse al aire libre sin comer, beber ni quitarse la mascarilla, mientras que los aficionados más pudientes, ubicados en palcos cerrados, los observan con un cubalibre en la mano.
Comentarios
Aver estudiao!
¿QUe os creeis, que somos todos iguales o qué?
Pues si van a pagar para estar con mascarilla mientras los que pagan más no, el problema es que son tontos.
Con no ir más o darse de baja se acaba la tontería.
Si suena al superfluo y malvado Botellón juvenil y necesarios bautizos, bodas ycomuniones
Y así con todo lo demás. Aqui porque se puede ver, que si no...