Hace 23 días | Por cocolisto a elpais.com
Publicado hace 23 días por cocolisto a elpais.com

Una pequeña porción de Francia, concentrada en torno a algunas grandes ciudades, ha decidido resistir al embate de la extrema derecha. Ocurre en especial en París, donde el partido xenófobo obtuvo alrededor del 10% del voto ―frente al 33,2% en todo el país― y solo uno de sus candidatos se ha clasificado para la segunda vuelta. Las candidaturas de izquierdas, en cambio, han sido las más votadas en la mayor parte de las circunscripciones electorales de París (y en menor medida las que aglutina el partido del presidente, Emmanuel Macron)...

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cocolisto

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El azul marino domina el mapa de Francia tras la amplia victoria del Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen en la primera vuelta de las legislativas del pasado domingo. Pero al acercar la lupa, un poco a la manera de Uderzo y Goscinny en Las aventuras de Astérix, se observa que una pequeña porción de Francia, concentrada en torno a algunas grandes ciudades, ha decidido resistir al embate de la extrema derecha. Ocurre en especial en París, donde el partido xenófobo obtuvo alrededor del 10% del voto ―frente al 33,2% en todo el país― y solo uno de sus candidatos se ha clasificado para la segunda vuelta. Las candidaturas de izquierdas, en cambio, han sido las más votadas en la mayor parte de las circunscripciones electorales de París (y en menor medida las que aglutina el partido del presidente, Emmanuel Macron).

Julie, una parisina de 40 años, ejecutiva en una mediana empresa, y habitante del acomodado V distrito de la capital, es una de esas ciudadanas que forman parte de la resistencia al RN. El resultado cosechado por la formación a escala nacional no le sorprende porque es consciente “del sentimiento de exclusión” que impulsa ese voto. De alguna forma incluso lo entiende, dado el hipercentralismo del sistema económico y político francés, aunque para ella y para quienes la rodean votar al RN sería “inconcebible”. “Es una cuestión de valores. Nadie a mi alrededor tiene esa rabia, ese miedo al otro”, apunta. Lo mismo para Yves, un jubilado de 68 años que siente sobre todo tristeza, pese a ser consciente, como Julie, de los beneficios de vivir en un lugar donde hay servicios públicos eficientes y una menor inseguridad en las calles. “Hemos dejado subir la extrema derecha sin hacer nada”, lamenta este antiguo administrativo de un ministerio.

“Existe una verdadera resistencia urbana a votar al RN. Cuanto más pequeño es el municipio, mayor es el voto al RN y viceversa”, explica Hervé Le Bras, historiador, demógrafo y director de estudios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), que vincula el resultado obtenido por el partido de Le Pen al dinamismo económico y a la sociología de la ciudad, eminentemente burguesa, formada en un 50% por altos ejecutivos y profesionales liberales, y donde vive una gran proporción de jóvenes e inmigrantes. “En cuanto uno se aleja a 30 o 40 kilómetros de París es el RN el que se impone. En el fondo existe una Francia regional con más paro, más jóvenes sin cualificación, más familias monoparentales, más pobreza, y una Francia de las grandes ciudades a la que le va mucho mejor”, explica el historiador, que apunta hacia el sentimiento de abandono y relegación de la Francia rural y periurbana como el principal factor que explica el apoyo a la extrema derecha.

Aunque no duda de que la reticencia de los parisinos a apoyar al RN se explica por factores sociológicos propios de una metrópolis, el geógrafo Christophe Guilluy considera que también hay que tener en cuenta un elemento cultural relacionado con los valores dominantes impuestos por la burguesía de la capital, que resume así: “Votar a la extrema derecha significa asumir el riesgo de ser percibido socialmente como un perdedor”. “Hoy en día, los valores que permiten a un individuo ascender socialmente en una gran ciudad como París son la ecología, el feminismo, el antirracismo”, ahonda el autor de No society: el fin de la clase media occidental, que además percibe en esta postura una cierta forma de hipocresía más que sinceras convicciones. “Si se escucha a la burguesía parisina dominante, las camisas negras marcharán sobre París dentro de una semana, pero en realidad eso no les impedirá irse de vacaciones”, ironiza.

Guilluy, a quien una parte del mundo académico francés acusa de alimentar las teorías de la extrema derecha por referirse a una Francia periférica enfrentada a una Francia de las élites en sus ensayos, cree firmemente que el desprecio de clase que atribuye en particular a la burguesía de izquierdas es una de las principales fuerzas impulsoras del RN en núcleos de población más desfavorecidos. Una visión que no comparte Le Bras, quien no cree en un supuesto desprecio de los parisinos o de las élites culturales o académicas. “Si hay algún desprecio de clase es el de la actual élite gubernamental [en referencia al partido de Macron] que considera que los demás son incultos, que no entienden nada, como durante la reforma de las pensiones”, argumenta.

Calificando a Macron de “populista”, Le Bras considera que la desconexión del presidente con los franceses es profunda. De lograr romper la antigua separación en 2017 entre el París de izquierdas (París este) y el París de derechas (París oeste) e imponerse en 14 de las 18 circunscripciones en 2017, logrando mantener en 2022 nueve de ellas, el mandatario ha visto cómo en los últimos comicios el Nuevo Frente Popular (NFP) se ha impuesto en 13 circunscripciones, logrando que nueve de sus candidatos fueran elegidos en la primera vuelta. “El último refugio de los votantes macronistas está en los barrios muy ricos del oeste de París, porque se trata de gente que posee cierta riqueza y para la que el fin del impuesto sobre la fortuna (ISF) [aprobado por Macron en 2017] ha sido una bendición”, incide.

El socialista Emmanuel Grégoire, primer adjunto de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, logró salir elegido en la primera vuelta con casi el 51% de los votos en su circunscripción frente al candidato macronista y simboliza como nadie el cambio de rumbo. “París tiene una fuerte tradición de cosmopolitismo. Históricamente, es una tierra que ha acogido siempre a inmigrantes y donde la alquimia de la integración funciona bien”, estima el político, que tilda la decisión del presidente de disolver la Asamblea Nacional de “especie de capricho cínico” del que la alcaldía hubiese preferido prescindir a pocas semanas del inicio de los Juegos Olímpicos, aunque afirma que “todo está preparado”.

Un único distrito en toda la capital registra un avance significativo de la extrema derecha, al pasar del 3,9% de los sufragios en la primera vuelta de las legislativas de 2022 al 10,7% el pasado domingo gracias a los votos del partido Reconquête de Éric Zemmour. En la circunscripción del muy chic distrito 16 de París, Louis Picquet, el candidato de la coalición ultraderechista que reúne a la escisión de Los Republicanos liderada por Eric Ciotti, Reconquête, y el RN, se disputará la segunda vuelta con el candidato macronista, Benjamin Adad. “Se trata de un electorado muy diferente sociológicamente al de RN, compuesto en gran parte por profesionales liberales, que ya apoyaban a Jean-Marie Le Pen en los ochenta”, explica Le Bras.

Allí, este miércoles el militante de LR y simpatizante de Ciotti Pascal Boiteux hacía campaña frente al mercado de la plaza Jean Lorrain. “Cada vez hay menos reticencias a votar al RN en este barrio porque lo que realmente asusta a la gente es La Francia Insumisa de Mélenchon”, opina este empresario de 55 años. Acercándose a él, France, una mujer de unos 70 años que vive en el distrito desde hace más de 20, cuenta que está cansada de “los arreglos sucios de los políticos” y del frente republicano, porque, según ella, “la alianza de todas las derechas acabará por hacerse”. Votará a la coalición de extrema derecha porque está convencida de que “Macron nombrará a un primer ministro de izquierdas” y porque el RN “es el único en preocuparse por la inmigración y la seguridad”.

A unos metros de ellos, un vendedor del mercado en el que trabajan sobre todo franceses de origen magrebí, y que prefiere mantener el anonimato, confiesa que le entristece ver cómo el RN gana terreno en el barrio. El racismo sigue vivo en la zona, asegura, aunque “está disimulado”. “La gente me suele decir cosas tipo: tu color nos trae el sol, o seguro que debes saber mucho de frutas exóticas”, cuenta este mestizo de unos 40 años. “Aún no siento el extremismo real, pero sé que puede llegar en cualquier momento”.

cocolisto

#5 Mira #2

v

Lo más curioso del voto a la basura ultra en Francia es que consigue más voto donde menos delincuencia e inmigración hay.

O sea, que solo es un voto de miedo artificial. Y que en los lugares donde hay inmigración por encima de la media esos subseres ni la huelen, como pasa en París.

C

#4 no necesitas que te roben para saber qué es lo que querés que sea donde vives. 
Precisamente lo que no quieren es convertirse en lo que pasa es esas grandes ciudades.  Y no es que de repente sean fascistas y racistas. Tengo compañeros de trabajo de ahí y no son "racistas" ni nada en corto, es más un problema de gestión global. De visión de como quieres que sea tu ciudad. 
Quieren un cambio en como se gestiona la inmigración y de la integración de las personas.  Sobre todo, los delitos y la no acción de las instituciones ante una situación que lleva mucho tiempo y no mejora. 
Al final cuando nadie te da una solución real acabas votando al que quiere romper la baraja , aunque no sea del todo lo que tú quieres. 
 
 

v

#6 A ver, troll de 2024 que se inventa "amigos", claro que hace falta saber lo que pasa cuando hay inmigración.

Y en los sitios donde hay el doble de inmigración que la media la basura lepenista es prácticamente irrelevante.
Y ahora dile tú que no saben lo que es la inmigración cuando tienen el doble o más de inmigración que el resto, troll de nueva hornada.

C

#7 y tu exactamente quien eres par saber si tengo amigos o no. Llevo escuchando eso de troll de 2024, desde el 2021 por lo menos.
Uyyy, se ha creado la cuenta hace poco, tiene que ser un trol. Madura colega. 
Donde no hay lepenistas hay inmigrantes de 3° que no van a votar a gente que les hubiera prohibido ir allí para empezar, tiene toda la lógica del mundo. Pero si te has pasado por Marsella, burdeos, las afueras de Paris o de cualquier ciudad grande de Francia sabrás la diferencia abismal que hay entre esa vida y sociedad y la Francia más pequeña y rural. 
No se porque os sorprende tanto y os molesta que haya gente que no quiera convertirse en lo que son esas grandes ciudades. 
Que no quieren pasarles por la guillotina, solo quieren controlar más las fronteras y ser más exigentes con la gente que quiera ser franceses, para ti eso igual es malo, para otros no. Simplemente son visiones diferentes de lo que es un país. 
Y os centrais en los delitos cuando sabéis que el otro 50% es el que no quieren dar por sentado actitudes y costumbres que son contrarias a lo que convirtieron a Francia en un país próspero y libre donde vivir. 
Es super guay ser una chica y que te acosen día si y día también por ir con falda y que no puedas hacer nada porque ahora forma parte de la identidad cultural de Francia. O ver a niñas de 10 años tapadas garganta incluida, y aceptar que eso es la libertad por la que lucharon desde siglos atrás. 
Tal vez a ti no te importe, porque tal vez tu visión de país sea simplemente ser un mero gestor administrativo del dinero, pero sospecho mucho de que eres una persona activa por los derechos más progresistas ( como debe ser) y ahora defiendas por desgracia situaciones sy gente que su identidad es todo lo contrario a eso. 
Ojalá lucharás tanto por la propia segregación que hacen los inmigrantes entre los que no son como ellos y el resto, o por las segregaciones que hacen entre religiones. 

v

#10 Mucho texto para reconocer que eres una cuenta troll realizada para saltarse baneos, que no tienes ni la más remota idea de cómo viven en París y que tienes que inventarte supuestos que solo existen en tu cabeza.

C

#11 vamos que no te has leído nada, y llamas troll a todo lo que no te gusta. 
Y como te niegas a debatir y ni explicar ideas, me llamas troll a mí en vez de a ti mismo, que solo sueltas sloganes....curiosa forma de demostrar nada tienes. 
El mundo precisamente está mal por gente como tú, que no escucha ni debate y solo sueltas el slogan de turno que ha aprendido.
Es curiosos la altura moral que te supones para no hacer nada de lo que requiere tener esa altura moral. 
Y para que sepas, yo he tenido que trabajar en Paris muchos meses, viviendo, no de turista, como para entender la ciudad bastante. Y a las afueras de tours, como para entender la dualidad entre ciudad/campo que existe en Francia. Algo que por lo que yo sez un soldado de escritorio como tú no tienes npi

N

#6 En mi pueblo arrasa el "que vienen a robarnos el trabajo y las tierras" y no han visto a una persona negra en 20 años.

cocolisto

#12 Y en otros los contratan sin derechos y les hacen vivir en condiciones penosas los empresarios que votan a vox y secuaces y hablan constantemente del peligro de la inmigración.Son bastante asquerosos ese ganao facineroso, sí

tdgwho

Siempre nos quedará París

cayojuliocesar

La demografia es importante aquí.
Probablemente sea de las zonas con más población de origen extranjeros

plutanasio

#3 es un factor muy importante que no se si comenta el artículo porque tiene un muro de pago.

cayojuliocesar

#5 comentan lo mismo de siempre que es porque son muy modernos y feministas y más guays