La marcha nupcial seguía sonando cuando Marco Antonio Rosales y su esposa salían de la iglesia en la norteña ciudad mexicana de Caborca, en el estado de Sonora. Cuando se acercaron a su coche para ir al banquete, que solo estaba a unos pasos de distancia, seguidos por familiares y amigos alegres, llegaron unos hombres desconocidos, abrieron fuego y mataron a Rosales.
Comentarios
¿Es que nadie va a pensar en la pobre viuda??
¿Cobrará pensión??
Es para una amiga...
Como en los corridos
Siempre hay amigos de verdad, cuando se les necesita.
Le hicieron un favor
#2 Esquivo una bala pero no la otra.