Hace 2 años | Por almadepato a nytimes.com
Publicado hace 2 años por almadepato a nytimes.com

Durante casi dos años, los sofás han sido nuestros cubículos. Los colegas se han convertido en avatares de mensajería instantánea. Y las personas han empezado a reconsiderar qué están dispuestas a soportar de sus jefes.

Comentarios

D

#3 Haber matado impunemente a un altísimo porcentaje de quienes te llevaban la contraria, y por extensión, acojonar lo suficiente a los que quedaban como para no sólo cerrar la boca ellos, sino animar a sus hijos y nietos a que la cierren también, ayudó un poquito

almadepato

#5 Para aquellos que sólo entienden lo que les interesa es difícil de ver el retraso tan grande que supuso que esta mafia chupóptera usurpará el poder de una manera tan criminal y luego destrozase toda una idea en el beneficio de unos pocos.

Unregistered

“La tolerancia para tratar con jefes imbéciles ha disminuido”

Nos ha jodido, habla de un país donde el número de puestos vacantes supera al número de desempleados , vamos, que tienen muchísima más facilidad para cambiar de trabajo respecto a otros países.

almadepato

#1 Aquí mejor seguimos aguantando la explotación. Por si me quedo sin trabajo. La famosa pobreza controlada.

Narmer

#2 Somos una nación con muchas tragaderas. No olvides que Franco murió plácidamente en su cama y el emérito fue designado por él y aquí nadie protestó, de hecho, se le ha blanqueado hasta el absurdo.

Todo esto para decir que si algo cambia en España es gracias a la gente joven y a retornados del extranjero que han visto que otro mundo laboral es posible.

Dain

Esa suerte que tenéis. Yo trabajo para un imbécil muy cabrón