Que Pablo Iglesias ha sido uno de los políticos más inteligentes de la política española no se discute. No por su longevidad ni por haber logrado la consecución de sus propuestas, sino por haber sido pionero en el uso de las redes sociales como herramienta de propaganda política y construcción de relato.
En 1988, Noam Chomsky y Edward Herman presentaron su modelo de propaganda en el libro Los guardianes de la libertad. En él teorizaban que los medios de comunicación filtraban las noticias a través de cinco sesgos mediáticos que afectaban directamente a las sociedades democráticas. Las informaciones que no superaban esos filtros eran ignoradas, manteniendo al público en una suerte de tercer mundo ideológico.
En 2014, Pablo Iglesias comprendió que no podía competir con los partidos hegemónicos —que controlaban los medios y, por tanto, el relato— desde una posición de asimetría comunicativa. Podemos fue el primer partido político español en usar las redes sociales como instrumento de propaganda de forma sistemática y eficaz.

La “casta”: el término que marcó una época
El lingüista cognitivo George Lakoff, autor de No pienses en el elefante, explicó que el lenguaje político moldea la percepción: las metáforas estructuran la manera en que pensamos. Iglesias, que conocía bien a Chomsky y a Lakoff, explotó esa idea con una palabra que aún resuena: la casta.
“Casta” no designaba a una clase social concreta, sino a un ellos abstracto: los políticos profesionales, los banqueros, los tertulianos del sistema. Frente a ellos, Podemos: el partido del pueblo, honesto, precarizado, víctima del neoliberalismo.
El éxito del término residió en su simplicidad: no necesitaba una argumentación política; bastaba con la identificación tribal. En política, cuando logras imponer el lenguaje, ya has ganado media batalla. De hecho, este elemento simbólico resultó más determinante que las propuestas concretas, como muestra este estudio de la UCM.

De la casta al “escuadrismo”
Tras la fragmentación de Podemos, Iglesias parece replantear la estrategia con otro claro ejemplo de framing. Con un partido diezmado y relegado al gallinero del Congreso, con apenas cinco escaños, entiende que, cuando se carece de poder político efectivo, el relato es el último espacio de poder que queda.
Con Canal Red, su propio medio de comunicación, ha construido un laboratorio de framing político. A Pablo Iglesias se le ve mucho mas activo en las tertulias radiofonicas y televisivas ultimamente, desde estas y su canal, tanto él como su entorno han empezado a usar con frecuencia un nuevo término: “escuadristas”.
Podemos ver ejemplos en esta entrevista a Iglesias o en estos artículos de Diario Red donde se usa para describir agresiones o acciones atribuidas a grupos como Desokupa o el Frente Obrero, e incluso a periodistas como Vito Quiles.
- www.diario-red.com/articulo/espana/que-ha-agredido-reportera-boca-todo
- www.diario-red.com/articulo/espana/fabrika-rinde-barrio-planta-cara-es
- www.diario-red.com/articulo/espana/escuadristas-frente-obrero-son-expu
El término, tomado del fascismo italiano, carece de tradición política en España. Su uso, es una translación simbólica. Iglesias lo emplea para describir el auge de la extrema derecha, pero también para ensanchar ese concepto y reforzar la idea de que la extrema derecha no es marginal, sino sistémica: presente en los medios, en las instituciones y en la cultura digital.
El uso del término “escuadrista”, que apenas aparece fuera del círculo de Podemos, parece apuntar a un intento de Iglesias para desplazar el foco desde la “casta” (élite económica y política) hacia un nuevo enemigo moral: los agentes del “fascismo cotidiano”. Se trata de un intento de volver a los orígenes combativos del partido. El término “escuadrista” despierta miedo, orgullo y pertenencia entre quienes lo combaten; unifica a los propios en torno a un enemigo común y reactiva los elementos identitarios de los primeros tiempos de Podemos, puede que ocupar el espacio político del moviento antifa.

Conclusión: el relato como último recurso
El uso del framing político no es solo cosa de Podemos, por supuesto. Todos los partidos lo practican. La extrema derecha ha popularizado el acrónimo “mena” para deshumanizar a los menores migrantes; Vox intentó imponer «proetarra» para descalificar a sus rivales de izquierdas, junto con la expresión «el que te vote, txapote», coreada por el PP como símbolo de supuesta complicidad con ETA; el progresismo habla de “manosfera” para etiquetar a los espacios digitales de reacción masculina; y el neoliberalismo mediático recurre a eufemismos como “reformas estructurales” o metáforas como “motosierra” para suavizar los recortes sociales.
Solo el tiempo dirá si este nuevo encuadre político funciona para Podemos. Paradójicamente, cuando más músculo mediático tiene, menos credibilidad y frescura transmite. Pero, como se suele decir, “el que la tuvo, la retuvo”, y en cuestión de relato, Iglesias sigue demostrando que sabe jugar la partida incluso cuando ya no está en el tablero.
Fuentes consultadas
- Chomsky, Noam & Herman, Edward S. (1988). Los guardianes de la libertad (es.wikipedia.org/wiki/Modelo_de_propaganda)
- Lakoff, George (2004). No pienses en el elefante
- UCM: El interés de la audiencia por las intervenciones televisivas de Pablo Iglesias: estrategia comunicativa de Podemos (revistas.ucm.es/index.php/ESMP/article/download/52595/48348/97974)
- Entrevista en El Sentido de la Birra (YouTube, 2025)](youtu.be/7ks1Tp7rDs4?si=oy7XUZ3ZDpQHofRJ).
- Diario Red (2025). Artículos citados sobre el uso del término escuadrista.
- Declaraciones y materiales públicos de Canal Red y redes sociales de Pablo Iglesias (2024–2025).
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