El 31 de marzo de 1492 se decretó la expulsión de los judíos de Castilla y Aragón. La decisión final fue de la Corona, no sin una ardua deliberación porque ello suponía la pérdida de unas rentas especialmente importantes, debido a que se pagaban directamente y habían contribuido a financiar la conquista de Granada. Pero la presión de la Inquisición en ese sentido (que consideraba que esa comunidad influía sobre los conversos para interrumpir su aceptación de la nueva fe, de ahí la instauración del tribunal), el (...)
Comentarios
Si hubiesen habido banqueros judíos para administrar lo que se expolió en América, otro gallo nos cantara...
No haber matado a nuestro señor Jesucristo. Que también era judio, pero qué sé yo.
Que nadie venga a vender su libro, que nadie venga a vender su libro.. Yo te rezo jesusito.. Que nadie venga a vender su libro