Hace 2 años | Por filets a elnacional.cat
Publicado hace 2 años por filets a elnacional.cat

Hacerse preguntas es el primer paso para asomarse "al otro lado". Y el otro lado asusta porque no te ofrece seguridad, no te ofrece protección ni te da confort, sino todo lo contrario

Comentarios

zentropia

Si, está bien ser disidente. Aplaudo poder pensar contracorriente.

Lo que pasa es cuando alguien decide no vacunarse un medio de una pandemia, con la consecuencia que la pandemia se largará mucho más, y te viene con historias de grafeno o te dice que las vacunas son peligrosas, le preguntas por datos y ves que no ha pasado del titular, no entiende el VAERS y no sabe leer una estadística, pues entonces.... yo pienso que esa persona el gilipollas y que su gilipollismo mata gente.

Ser disidente sin entender el mundo no es ser disedente, es ser gilipollas.

Baal

Suelo hacerme preguntas mientras me rasco un cojon, sra Beatriz Talegon.

nadal.batle

Recordad que esta señora era la promesa progre del PSOE.

Seyker

#3 Y ahora es referente en el procés

Amonamantangorri

Toda iniciativa política o mediática de izquierdas, del tipo que sea, debería mantenerse alejada de esa señora como de la peste.

Chitauri

Me sorprendió gratamente el artículo, a ver si la gente se da cuenta de que detrás de estas manifestaciones están personas de diferentos credos políticios y no solo magufos de ultraderecha como pían en la sexta.

Resalto 2 párrafos:

[...] personas que siempre habían defendido la sanidad pública y universal aparecen ahora diciendo que aquella decisión de Singapur, la que consiste en hacer que las personas no vacunadas tengan que pagar de su bolsillo la atención hospitalaria si se contagian, les parezca correcta. ¿Nos estamos volviendo locos? ¿No nos damos cuenta de que si comenzamos a pensar así acabaremos culpando a la gente de todas y cada uno de las conductas que consciente o inconscientemente lleven a cabo y les puedan causar daños en su salud? [...]

[...] Vivimos de nuevo un tiempo en el que hay una gran parte de la sociedad española (no sucede lo mismo en otros países europeos) que prefiere seguir las recomendaciones oficiales sin hacerse demasiadas preguntas. Hacerse preguntas es el primer paso para asomarse "al otro lado". Y el otro lado asusta porque no te ofrece seguridad, no te ofrece protección ni te da confort, sino todo lo contrario. Sobre todo cuando se está queriendo etiquetar a quienes tienen legítimas dudas y defienden los derechos fundamentales como gentes de "extrema derecha", como si no hubiera una inmensa cantidad de gente que no tiene nada que ver con esta ideología. Volvemos de nuevo a ver la vieja estrategia de atacar al quién, en lugar de argumentar y debatir ideas y datos [...].