Quién más quien menos, casi todo el mundo ha oído hablar del final de los templarios, el proceso a que fue sometida la orden y la ejecución en la hoguera del gran maestre Jacques de Molay, con su famosa -y legendaria- maldición mientras el fuego quemaba su carne. Sabemos que aquella persecución fue iniciada por el rey francés Felipe IV el Hermoso con la colaboración del papa Clemente V; ahora bien ¿quién encendió la chispa que les decidió a actuar? La respuesta tiene un nombre: Esquieu de Floyran.
Comentarios
#5 Ahora con la carita de trol lo entiendo; antes no
#3 Y delincuente común.
#4 (He puesto "también es noble" intencionadamente)
Estos Froilanes, la chispa de la nobleza.
#1 Venía a hacer un chiste parecido...
Buenos días.
#2 Pues no hagas como yo, que he hecho el comentario antes de leerme el artículo. El Floyran no era un noble sino un delincuente común. El Froilan también es noble.