En 1686, el rey francés Luis XIV tenía un bulto tan doloroso en el trasero que no podía ni sentarse. El bulto que le encontraron el 15 de enero se convirtió en un absceso el 18 de febrero. El 2 de mayo ya era una fistula. Gracias a sus documentos médicos, sus suplicios para defecar pasaron a la historia. El fracaso de los cuatro enemas diarios y las aplicaciones de lociones le obligaron a buscar a un cirujano: Charles-François Felix.
Tengo un compañero de trabajo operado de almorranas. Dice que no podemos imaginarnos lo importante que es el ano, que cualquier movimiento del cuerpo va a parar allí, salvo pestañear.
Ante la petición real, Felix requirió seis meses para perfeccionar su técnica con 75 plebeyos y presos sanos (a los que podríamos llamar les cobayes) y realizar las correspondientes visitas al cementerio
Mira tú que gracia, que te vengan a reventar el culo "porque con alguien hay que probar".
Comentarios
Lo siento pero es Dupe.
Así fue como Luis XIV puso de moda las fístulas anales y cambió la historia de la cirugía
Así fue como Luis XIV puso de moda las fístulas an...
es.gizmodo.comTengo un compañero de trabajo operado de almorranas. Dice que no podemos imaginarnos lo importante que es el ano, que cualquier movimiento del cuerpo va a parar allí, salvo pestañear.
Quiste pilonidal. El resto es de aficionados
Ante la petición real, Felix requirió seis meses para perfeccionar su técnica con 75 plebeyos y presos sanos (a los que podríamos llamar les cobayes) y realizar las correspondientes visitas al cementerio
Mira tú que gracia, que te vengan a reventar el culo "porque con alguien hay que probar".