Durante la Edad Media la posesión de reliquias suponía para las iglesias, catedrales y monasterios, la afluencia de numerosos peregrinos y, por tanto, de ingresos. No era raro que los obispos, abades y otras autoridades religiosas se afanasen en conseguir la mayor cantidad posible de ellas, principalmente cuando la necesidad de dinero acuciaba para realizar obras de remodelación, o amenazaba la subsistencia de la comunidad. Algunos llegaron incluso a sustraer piezas de otros lugares, utilizando métodos ciertamente poco ortodoxos o chocantes.
Comentarios
#2 Este fue a pelo, así como lo vio, pa la boca...
Ante el asombro de todos cortó la tela y rápidamente se llevó el hueso a la boca. Primero intentó arrancar un pedazo con los incisivos y, al no conseguirlo, lo hizo con los molares.
Santo? Y una mierda, este lo que tenía era un hambre que vio un trozo de cecina reseca y le pudo el estomago...
#1 Las magdalenas suelen untarse en café o leche, no estaría tan reseca...
Como se nota por los comentarios que nunca habéis estado a dieta.
Necrofilia camuflada