Hace 3 años | Por --564530-- a oocities.org
Publicado hace 3 años por --564530-- a oocities.org

La mitología vasca es un producto de toda una evolución que parte desde las creencias y ritos de los tiempos prehistóricos [...] Entre los genios y las divinidades de la tierra destaca Mari que es acompañada de todo un conjunto de númenes que, usualmente, adoptan la forma de animales. Otro espacio importante lo ocupan los mitos solares y lunares y los relacionados con el cielo [...] A todo ello cabe añadir las andanzas de las almas de los antepasados y los ritos y usos ligados al culto doméstico.

Comentarios

painful

#0 el enlace no funciona.

D

#1 No sé, a mí sí que me va:

painful

#3 Será cosa de mi móvil. He probado con dos navegadores y no me va con ninguno de ellos, ni entrando en modo escritorio y no puedo probar ahora desde el PC.
Si a los demás, les va bien...

Aokromes

#1 a mi me va tambien.

Kasterot

Izenak izana du.

D

Ojalá a algún estudio le diera por hacer una película de animación épica sobre la cultura vasca, o la gallega, sin banalizarlas, como Japón con La princesa Mononoke, o Irlanda con La canción del mar, o China con Big Fish & Begonia... Al menos está O apóstolo, que no juega en esa liga pero estaba muy bien.

arturios

Para los que no les funciona el enlace:

Mitología y Leyendas

Izena duen guztia omen da
Se dice que todo lo que tiene nombre existe

Creencias y ritos desde tiempos antiguos

La mitología vasca es un producto de toda una evolución que parte desde las creencias y ritos de los tiempos prehistóricos, para luego ir experimentando un desarrollo y la influencia de elementos foráneos o la incorporación de mitos de otras culturas (incidencias de las concepciones de pueblos pastoriles, fase de romanización, y contactos con el politeísmo y culturas de la antigüedad) y sufrir importantes cambios con la expansión de la religión cristiana. Se trata de un complejo tema según se desprende de las narraciones míticas y de los datos aportados por el folklore, tradiciones y costumbres populares, etnografía y lingüística. Del conjunto de investigadores que se han adentrado en la mitología vasca es obligado mencionar a Joxemiel de Barandarán (maestro de toda una generación de arqueólogos y etnólogos) y a Julio Caro Baroja (cuyas aportaciones al conocimiento de la cultura vasca han sido importantes).

Entre los genios y las divinidades de la tierra destaca Mari que es acompañada de todo un conjunto de númenes que, usualmente, adoptan la forma de animales. Otro espacio importante lo ocupan los mitos solares y lunares y los relacionados con el cielo. Algunos de tales mitos tienen presencia en toda Euskal Herria, si bien se concretan en variantes locales, y otros se limitan a algunas comarcas.

Buena parte de ellos se extienden por otras áreas pirenaicas o son mitos de carácter muy amplio e incluso universal que aquí se han recubierto de aspectos particulares. A todo ello cabe añadir las andanzas de las almas de los antepasados y los ritos y usos ligados al culto doméstico.

Como queda apuntado, la introducción del cristianismo supuso profundas transformaciones en la anterior mitología pre-cristiana. Incluso varias leyendas explican que la llegada desde el Oriente de una gran nube luminosa (o una bella estrella) fue el anuncio del nacimiento de Kixmi (Cristo) y el fin de la época histórica de los gentiles (jentillak), seres a los que se atribuía grandes capacidades físicas e intelectuales, si bien no cristianos, que acabaron suicidándose colectivamente al tirarse por barrancos o desapareciendo.

El término jentil en lengua vasca procedería del latino gentilis, identificado con el concepto de pagano por los cristianos. En muchas zonas del País Vasco los nombres dados a los monumentos prehistóricos tienen que ver con los gentiles (entendiendo que ellos, con su vigor físico, serán los constructores de los mismos): así jentilbaratzak a los cromlechs y jentilarri o jentiletxe a los dólmenes. Lo mismo ocurre con algunas cuevas (jentilzulo, jentilkoba) y accidentes naturales rocosos (jentil-zubi, jentil-leio).

En algunos lugares se vincula la edificación de iglesias y ermitas con la desaparición de antiguos seres, entre ellos los gentiles, númenes y genios. Pese a todo, esta nueva religión no supuso la destrucción de las antiguas creencias. Muchas de ellas siguieron vivas y otras fueron readaptadas a las interesadas interpretaciones cristianas, transmitiéndose de generación en generación.

Mari y otros númenes de la tierra

Entre las figuras mitológicas ligadas a la tierra (lur) y con mayor presencia en Euskal Herria destaca Mari, situada por encima del resto de los genios. Se le conoce por numerosos nombres, como Maya, Lezeko-Andre e loana-Gorri, si bien lo más común es que en cada comarca su nombre vaya unido al del monte o paraje en el que se cree habita, por ejemplo Basko-Marie (Mari del bosque), Aralarko Damea (la Dama de Aralar) o Anbotoko Sorgiña (la Bruja de Anboto). Vive bajo tierra, en cuevas y grutas de altas montañas, rodeada de riquezas, desplazándose de vez en cuando al exterior a través de simas y otros conductos subterráneos. Una vez fuera se traslada por el aire visitando sus variadas moradas en las distintas sierras montañosas vascas.

De sexo femenino, Mari puede hacerse notar de innumerables maneras: una de las más extendidas es como una bellísima y elegante mujer; en sus habitáculos subterráneos es frecuente que muestre parte de sus extremidades de forma animal (pies de cabra o de ave) o que toda su figura sea zoomórfica (novilla, yegua, etc); en cambio, en el exterior y viajando por los aires es observada rodeada de fuego, en forma de nube rojiza o ráfaga de viento. Mari vive en el interior de la tierra, ligada con la superficie por medio de simas, pozos y cavernas. Según dicen, en una ocasión el párroco de Mugiro (Nafarroa) fue a celebrar misa en la misma sima de Mari. Si, durante la misa, Mari se encontraba en ella ya no granizaba durante un año en el lugar. Pero Mari no es siempre fuente de temor, con frecuencia la gente se le dirigía en busca de consejo y Mari siempre contestaba rectamente. Una vez en el ferrón de Iraeta (Gipuzkoa) no pudiendo poner en marcha su fragua, se dirigió a la cueva de Mari en Anboto. Tras explicarle el problema Mari le dijo como arreglarlo dejando al ferrón muy satisfecho.

Se asegura que es la reina del resto de genios, estando especialmente relacionada con Maju (también identificado con el herensuge o sugaar, serpiente macho), que es su compañero, generándose fuertes tempestades en las ocasiones en que ambos se juntan, y emparentada con sus dos hijas que, en algunos lugares, son hijos (Mikelats y Atarrabi).

Una de las principales ocupaciones de Mari es su dedicación a propagar grandes tempestades, por ello quien le realice ofrendas (un carnero u otro animal, monedas...) se verá libre de las graves consecuencias de aquellas. Además, es posible invocarle para obtener favores e, incluso, visitarle en su morada, siempre siguiendo unas determinadas reglas de comportamiento. De las leyendas se deduce que Mari es implacable con los mentirosos, los orgullosos, los ladrones y con los que no practican la solidaridad y la ayuda entre los humanos, castigándolos con diversas fórmulas.

Uno de los númenes más famosos es el aker, macho cabrío, en particular el akerbeltz (macho cabrío de color negro). Una de sus capacidades era su influjo beneficioso sobre los animales puestos bajo su protección. Adquirío gran fama en el seno de la brujería al presidir y ser adorado en los akelarres celebrados en distintos lugares de Euskal Herria, como es el conocido y en su momento perseguido caso de la cueva de Zugarramurdi. El típico genio de carácter subterráneo en forma de serpiente, con una o varias cabezas, se denomina herensuge, sugaar o sugoi (culebra macho). Se alimenta de animales y seres humanos, apareciendo envuelto en llamas. Como hemos apuntado, es considerado el compañero de Mari. Hay diferentes versiones sobre la muerte de herensuge. En Lapurdi cuentan que lo mató Gastón de Belzunce, pero la versión más extendida es la que sitúa la muerte de herensuge en el viejo Santuario de San Miguel de Aralar. Sucedió a manos de San Miguel y por petición de Teodosio de Goñi. Se dice que después de este hecho se levantó la iglesia, sobre la caverna de la que salía herensuge. Todavía existe una ventanilla en la parte derecha del altar mayor que, se dice, llega hasta el interior de la caverna; las gentes meten ahí la cabeza, mientras rezan el credo, como remedio para los dolores de cabeza.

Hay toda una pléyade de genios que se presentan con figuras de animales, como por ejemplo el zezengorri (toro rojo) y beigorri (vaca roja), dedicados a guardar cuevas y otros parajes semi-misteriosos.

Los mitos solares, lunares y celestes

El sol es denominado en lengua vasca con muchas acepciones: eguzki, ekhi, iuski... Tiene una gran importancia por su carácter sagrado, propiedades naturales y su poderío frente a los espíritus nocturnos, brujas, lamias y similares, asignándosele una divinidad femenina. Como se sabe, despliega un marcado protagonismo en las fiestas del solsticio, en un sinfín de ritos y costumbres derivadas del culto solar (entre otros muchos la colocación en las casas de la flor del cardo silvestre, llamada eguzkilore o flor del sol) y apareciendo en diferentes representaciones en la artesanía popular.

La luna, illargi (y con otros nombres como ilazki, iretargi...), también es una divinidad femenina, en muchos lugares tratada respetuosamente como una especie de abuela. es proverbial su influencia, según las frases lunares, sobre la vegetación (momentos elegidos para la siembra o el corte de los árboles) y los animales. Además alumbraría en las noches a las almas de los difuntos. Tanto el sol como la luna son hijas de la tierra (lur) y vuelven diariamente a su seno tras sus respectivos recorridos por el cielo durante el día y la noche.

De influencia claramente indoeuropea debió ser la potenciación de la divinidad celeste. El cielo fue llamado de varias maneras (urtzi, ortz, ostri, ost...), cuyos derivados sirvieron para identificar muchos de los fenómenos naturales vinculados al dios celeste como las tormentas, Así se ve en referencias a los truenos (odei, ortzantz, ozkarri...), rayos y relámpagos (iñizitu, oaztargi, tximistarri...) y arco-iris (ostadar, ortzadar, ortzeder...).

Las lamias y otros genios

Sería muy extenso detallar todas y cada una de las figuras mitológicas existentes. No obstante, complementando lo ya mencionado se puede hacer una breve referencia a algunos genios más de interés.

Uno de los seres que más aparecen en los relatos son las lamias (lamin, lamiñaku, eilalamina, latsari...), mujeres con las patas de gallina, pie de cabra o cola de pez, que viven en cuevas y pozos y que son localizadas peinándose con un precioso peine junto a los cursos de los ríos, en las fuentes y entradas de las grutas.

A quien les deja una ofrenda durante la noche ellas le ayudan en su trabajo diario. Son frecuentes las leyendas que relatan imposibles historias de amor entre cautivadoras lamias y apuestos muchachos. En algunos puntos se distingue entre lamias hembras y machos. Se asegura que la edificación

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