La carpa blanca a las afueras de Biloxi, en un prado cercano al río Tchoutacabouffa y la Interestatal 10, ya anunciaba qué era, no era la primera vez que la veía, pero nunca había entrado. Pero hoy quería ver qué movía a la gente a entrar ahí, comprobarlo por mí mismo. Casi repleto al entrar, observé el escenario mientras me sentaba al fondo: una gran cruz en medio, frente a la entrada, todos los oficiantes de blanco, grandes altavoces laterales y un micrófono en el centro, delante de la cruz. El …