Hace 5 años | Por ClaraBernardo a eldiario.es
Publicado hace 5 años por ClaraBernardo a eldiario.es

Han pasado 74 años desde que se abrieron las puertas de los campos de concentración nazis y 43 de la muerte de nuestro dictador. ¿No es hora ya de contar la verdad y de recordar lo que realmente sucedió?

Comentarios

R

#2 #3 Pues la versión que ronda por ahí, es que Franco (San Franco), salvó a muchísimos judíos... este país no tiene vergüenza.

dreierfahrer

"No.

Aun no es el momento.

Todavia hay muchos franquistas."

Since 1976.

E

Ninguna. Es más, la España franquista fue el pais que más judíos salvó del exterminio, primero por personas individuales y luego con el conocimiento de Franco.

Os ha salido el tito por la culata

martins

#11 En los momentos finales de la guerra, cuando ya se daba por segura la derrota de Hitler, Franco giró hacia los Aliados para intentar garantizar su supervivencia. Desde aquel mismo momento y durante los cuarenta años de dictadura los jerarcas del régimen se ocuparon de destruir la documentación que les señalaba como cómplices directos del nazismo. Tuvieron cuatro décadas para realizar ese trabajo y para reescribir una historia manipulada que continuamos estudiando las generaciones que crecimos en democracia.

martins

La España de Franco se construyó, entre otras cosas, reivindicando la herencia antisemita de los Reyes Católicos. “Crearemos campos de concentración para vagos y maleantes; para masones y judíos (…) En territorio nacional no puede quedar ni un judío, ni un masón, ni un rojo”. Titulares como este, de un diario falangista de Cádiz en 1937, pudieron leerse durante toda la guerra contra la República. Tras triunfar la sublevación militar se cerraron las sinagogas y se prohibió a los judíos profesar su religión. Aunque la comunidad israelita era muy pequeña, en ciudades como Ceuta y Melilla donde sí tenía cierta visibilidad se produjeron ataques contra sus miembros. Las humillaciones más frecuentes fueron protagonizadas por falangistas que cortaban, en plena calle, los llamativos rizos que lucían en sus cabelleras los hombres y les obligaban a pasear por la vía pública mientras vaciaban sus intestinos debido a una forzada ingesta de aceite de ricino.

martins

#7 El nuevo régimen surgido tras la guerra no ocultaba su odio al judío y su respaldo a la “limpieza” emprendida por Hitler. Así lo verbalizó en numerosas ocasiones el propio Franco. Un buen ejemplo es su discurso de fin de año, pronunciado ocho meses después de la rendición republicana: “Ahora comprenderéis los motivos que han llevado a distintas naciones a combatir y a alejar de sus actividades a aquellas razas en que la codicia y el interés son el estigma que les caracteriza, ya que su predominio en la sociedad es causa de perturbación y de peligro para el logro de su destino histórico. Nosotros, que por la gracia de Dios y la clara visión de los Reyes Católicos, hace siglos nos liberamos de tan pesada carga, no podemos permanecer indiferentes ante esta nueva floración de espíritus codiciosos y egoístas”.

martins

#8 Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, el régimen y su prensa no solo justificaron, sino que jalearon la persecución del pueblo hebreo. Manuel Aznar, abuelo del expresidente del Gobierno, escribió en ABC poco antes del inicio de las deportaciones en Francia: “Legiones de judíos y de masones cayeron sobre el pueblo francés como sobre un botín inmenso y allí hicieron cebo y carne para sus apetitos”. Lógicamente, cuando se “limpió” París de esas “legiones” de malvados judíos, la reacción de la prensa del Movimiento, teledirigida desde la cúpula franquista, fue de euforia: “Si es la raza perseguida, es por la maldición divina que lleva encima (…) Esos judíos que en Francia, Grecia, Turquía, Italia y costas africanas preparan sus maletas, son un indicio de aquel viejo tesón español de no admitir jamás lo antiespañol y de reconocer solo lo español y cristiano”; “Era de esperar la resistencia de muchos judíos a mostrar la estrella de Sión y el descaro de otros que la exhibían con más insolencia que circunspección. Y la aspiración de otros de frecuentar medios y lugares en que repugnaba la presencia de una casta internacional que es la responsable de los males que afligen a Europa. Ha desenlazado todo esto en un programa gubernativo que se propone resolver con criterio riguroso, implacable, el problema de convivencia entre la población y el elemento hebreo (…) Hoy no me he topado en la calle ni en el Metro con ninguna estrella amarilla. Es un indicio, acaso una prueba, de que la eliminación responde a un designio definitivo e inapelable”.

martins

#9 El régimen conoció y aplaudió cada paso hacia el Holocausto final dado por las huestes de Hitler, tal y como se reflejaba en los discursos y en las informaciones dictadas por el servicio de propaganda franquista y publicadas en los diarios: “Esta Segunda Guerra Mundial, según la profecía del Führer, acabará con la raza judía”; “El gobernador de Varsovia ha publicado un decreto prohibiendo que los habitantes de los barrios judíos se mezclen con el resto de los habitantes de Varsovia. Este decreto ha sido muy bien acogido…”; “El barrio judío de París. Saint Antoine ha sido fumigado, desinfectado mediante la eliminación del censo israelita, el cual acaba de ser conducido a campos de concentración”. Eran los tiempos en que cerca de 50.000 españoles combatían en la División Azul bajo las órdenes del Führer. Los españolitos de a pie leían emocionados las crónicas de Andrés Gaytan, que viajaba con los divisionarios y escribía cosas como esta: “Cuando en alguno de los pueblos donde hemos descansado había judíos, se notaba la diferencia que existe entre esta raza y las demás”; “los judíos, que en su carne pagan todos los pecados de su estirpe maldecida, tienen una mirada tierna de perro apaleado cuando el soldado español no le maltrata sin motivos”.

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#10 Mucho más graves que las palabras fueron los hechos. Franco cerró las fronteras e impidió la llegada de los judíos que intentaban escapar desde la Francia ocupada por los nazis. Salvo excepciones, el paso solo se permitió a aquellos que poseían un visado de entrada a Portugal. De hecho, el Gobierno franquista cesó y castigó a sus diplomáticos que, desobedeciendo sus órdenes, se dedicaban a salvar vidas. Así le pasó al cónsul español en Burdeos, Eduardo Propper de Callejón. Rescatar de la muerte a miles de judíos a los que entregó un visado español provocó su relevo, su envío al ingrato consultado de Larache en el norte de África y le imposibilitó de por vida ascender al cargo de embajador.

g

El que quiera saber ya puede saber, la verdad se sabe de hace tiempo, que estamos en el 2019.

strike5000

"¿No es hora ya de contar la verdad y de recordar lo que realmente sucedió? "

"Qué es la verdad? ¿Acaso es una ley? ¿Es tu verdad, o mi verdad lo es?"

"Jesucristo Superstar", juicio de Pilatos a Jesús.